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La cara oculta de un éxito rotundo como el Festival de los Espléndidos Reyes Magos es siempre el esfuerzo de un gran equipo de personas, instituciones y empresas implicadas en la organización y en cuidar todos los detalles.

Los primeros en ponerse manos a la obra fueron el personal del Pueblo Español, que a primera hora de la mañana ya estaban preparando los foguerons y toneladas de pan y embutidos, las ensaimadas y cientos de litros de chocolate. Hasta su director, Jaume Darder, tuvo que «arrimar el hombro» junto a su personal, que estuvo servicial y espléndido.

No menos trabajo tuvieron las azafatas, que, ataviadas con la sudadera del Club del Suscriptor de Ultima Hora , no cesaron de repartir los 30 regalos sorpresa que sorteó Continente entre los asistentes.

Mientras los mayores disfrutaban de las delicias de la merienda, que no continuamente reponían los empleados del Pueblo Español, los niños se lo pasaban «bomba» dando saltos en los castillos hinchables de Animacions Brotons, y con el ritmo marcado por la banda de Cornetas Groc i Verd.

Otra labor callada pero muy importante fue la de la Cruz Roja. El personal sanitario veló por las casi 10.000 personas congregadas en el recinto, y aunque no tuvieron que atender a nadie, Ultima Hora les compensó con una placa la tranquilidad que aportó su presencia en el Festival.