El mundo da muchas vueltas, pero Gran Hermano, aún más. Los foros de Internet enloquecen, más que por las noticias contradictorias que se filtran desde todos los poros de las casa de Soto del Real, porque se está evidenciando que en el seno del programa habita un alien global, absurdo y falaz, chungo y lumpen profundo, que hace que ahora el espacio se distorsione hasta el esperpento más surrealista.
A saber: hasta el momento habíamos sospechado, debido al pedigree de los concursantes, que su selección podría haber sido ultimada por El Lute de la primera época. Pero ahora resulta que no sólo los encerrados pierden pie, sino también los organizadores. Las autoridades madrileñas han estado a punto de tramitar la demolición del chalé de las barriobajeras sorpresas debido a que fue construido en suelo rústico, de lo cual se deduciría que no sólo son chorizos los que están sino los que los metieron ahí.
También el informe del Interviú de esta semana es demoledor. Se refiere al coeficiente intelectual de los concursantes que, según los documentos elaborados por los psicólogos, demuestra claramente que el hombre viene del mono, pero del mono tonto. Los psicólogos, que se tiraron semanas y semanas estudiando los perfiles psicológicos de los candidatos, naufragaron al no detectar ni un solo indicio veraz acerca de la personalidad de sus encuestados. Unica conclusión, de momento: ¡Socorroooo!
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