La decisión de las compañías aéreas de suprimir vuelos ha provocado un alud de reacciones.

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RUIZ COLLADO/NEKANE DOMBLAS El president del Govern, Francesc Antich, afirmó ayer que la decisión de las compañías Iberia, Spanair, AeBal y presumiblemente Air Europa de reducir drásticamente su programación de vuelos a partir del próximo día 28, «evidencia la necesidad de declarar servicio público las conexiones aéreas con Balears».

Antich señaló que el Govern seguirá negociando con las compañías para que reconsideren su decisión, pero reiteró que la declaración daría al Govern una importante herramienta para llevar a cabo esta negociación.

Las presidentas de los tres consells insulars se sumaron a las muestras de preocupación del president e incluso para la presidenta de Eivissa, Pilar Costa, la situación resulta dramática. Maria Antònia Munar afirmó que tal vez la declaración de servicio público no sea la solución, pero afirmó que, en cualquier caso, Gobierno, Govern y Consell están obligados a adoptar otras medidas. Para Joana Barceló, presidenta de Menorca, el Gobierno central debería aportar fondos presupuestarios para hacer frente a los daños causados por la reducción de vuelos.

El vicepresidente del Govern, Pere Sampol, y el director general d'Economia, Antoni Monserrat, mostraban ayer su preocupación por esta reducción drástica de vuelos, dado que afectará «muy negativamente a la economía de las Islas. En Balears no hay otra alternativa posible al transporte aéreo, salvo el marítimo, por lo que nuestra dependencia es absoluta. Nuestras autopistas son los aviones y no se entiende muy bien la decisión empresarial de las compañías aéreas en un mercado cautivo como es el balear».

Monserrat afirma que las comunicaciones, aéreas o no, «son vitales para vertebrar un país, lo cual es un contrasentido dejar aislada a una comunidad como la balear del resto del Estado. Es ilógico que en estos momentos Balears tenga mejores comunicaciones directas con Alemania que con el resto de la Península. Resulta más sencillo entenderse con Alemania que con el Estado español, que es de quien dependemos. Y es que hasta la Administración alemana es más sensible a las comunicaciones con Mallorca y resto de Islas que el Gobierno que preside José María Aznar».