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La Copa del Rey llegó a su meridiano, que como cada año viene marcado por la denominada regata larga, la más dura de todas, por lo que dura, este año por la lluvia y "al menos hasta poco antes de dar la salida, que tuvo que aplazarse en una ocasión" la encalmada reinante. Desde primeras horas de la mañana, con un Rey madrugador "pensamos que de la Familia fue el primero en llegar al Club Náutico", quien más quien menos fue haciendo los preparativos, entre ellos el príncipe don Felipe, que llegó tirando de dos neveras de plástico, se ve que repletas de provisiones a tenor de los esfuerzos que hacía, lo que evidencia que la Copa de Rey, a la hora de competir, iguala a todo el mundo, pues no sería la primera vez también que viéramos el Rey, ya sea en tierra, ya sea a bordo, arrimando el hombro como uno más de la tripulación.

Aparte de los preparativos, en los prolegómenos de esta regata la lluvia se asomó a media mañana, lo que obligó a regatistas, periodistas y curiosos, a refugiarse bajos los toldos. Esta edición de la Copa del Rey de vela, posiblemente está siendo la que más se ha visto a la Familia Real tanto en tierra, como quienes no participan en ella "la Reina, sus yernos, los duques de Palma y Lugo y sus nietos" en el campo de regatas, siguiéndola a bordo de la Llamp, y a quien más que nunca, a Jaime de Marichalar, quien está poniendo de manifiesto una gran fuerza de voluntad para superar el mal golpe que le dio la vida en la pasada Navidad. Anteayer le vimos departiendo amistosamente con una serie de periodistas y luego con Fernando Schwartz. Llevaba en su mano una bolsa de plástico, y en su interior el libro Cela, mi padre.

Hace años, finalizada esta larga regata, el Rey acostumbraba a desayunar con la tripulación del Bribón en el pequeño restaurante del puerto. El desayuno era a base de huevos con patatas regados con cerveza y seguramente buen vino. Ignoramos si en esta ocasión se mantendrá esa costumbre. Todo dependerá de dos cosas: que el Rey haya aguantado toda la prueba y que cuando llegue el barco a puerto esté abierto el restaurante. Y... Bueno, pues que mientras los regatistas iban quemando las últimas millas del recorrido, organizadores y periodistas "ya están aquí todos los pesos pesado llegados desde la península", invitados por Agua Brava, dábamos cuenta de una cena en el Bahía Mediterráno. ¡Qué remedio!, porque sin actividad, unos y otros no tenemos otra cosa mejor que hacer. Y mañana, tras la jornada de descanso de hoy, será otro día, que la diseñadora Carolina Herrera, con su presencia en el Club Náutico, animará. Seguro.