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Catalina Cirer, candidata a Cort, salió al ruedo de la noche para conocer sus debilidades de las que, por otra parte, ya sabía -al menos algunas de ellas-, pues hasta hace poco ha dido la delegada de Gobierno. Eligió la noche de la Platja de Palma. «En otra salida -dijo- iremos al Marítimo y la Lonja». La acompañaron Rafa Durán, que va en su lista a Cort, y el presidente de Nuevas Generaciones, Ricardo Macho. A las once de la noche estamos con Catalina Cirer en la Platja de Palma, en la que, a diferencia de la de hace dos años, hay menos gente, «cosa que no le debe de extrañar -le comenta un empresario de restauración-, ya que la ecotasa, la inseguridad ciudadana y la crisis alemana, ha infuido en que asi sea».

«Los turistas que son agredidos y asaltados en plena calle, como sucede a menudo en la zona -le cuenta Manolo, director del Julios-, no repiten. Lo malo es que lo peor de esta gente está aún por llegar». Alguien que curiosea en el corro que se ha formado comenta que noches atrás «ahí enfrente, un albanés fue apuñalado por dos negros, y en lo que llegaron las ambulancias lo tuvieron que atender en un bar». Por su parte, Antonio, director del Table Dance, denuncia los numerosos carteristas que se han adueñado de la zona. «A según qué horas de la noche hay que andarse con cuidado en primera y segunda línea, que es por donde suelen actuar», le dice.

«Lo malo -añade- es que cuando los pillan, a poco vuelven a la calle». Catalina, que conoce muy bien el funcionamiento de la Justicia en este aspecto, asiente. «Esperemos que con más vigilancia y con los juicios rápidos se solucione este problema». Los taxistas con los que habla, aparte de denunciar la inseguridad reinante, señalan que mientras la Policía Local no les pasa una, cuando los llamas por algún problema no vienen o llegan tarde, dato, éste, que sale a colación varias veces a lo largo de la noche, cosa que, además, comprobamos, pues en la hora y media que estamos deambulando por la Platja de Palma, no vemos policía, ni a pie, ni motorizado. «Anoche si se vieron -señala un vecino-; nacionales y locales estuvieron por la segunda línea debido a que un travesti le robó unos cuantos euros a un alemán y luego una prostituta negra se los robo al travesti, lo que hizo que entre travestis y prostitutas se montara una muy gorda».

Pedro Prieto