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La jueza sustituta del Juzgado Contencioso Administrativo número 2 de Palma, Carmen de Vivero, dictó una sentencia mediante la cual condena al Ajuntament de Palma a que adopte las medidas para paralizar y dictar la clausura cautelar de la «macro» discoteca Oberbayern-Regines, de la Platja de Palma.

La jueza estimó todas y cada una de las alegaciones de la parte demandante, la Asociación para la Defensa y Mejora del Medio Ambiente y Calidad de Vida en la Playa de Palma (Asocavi), defendida por el abogado Francesc Gilet, entre ellas, su derecho a la tutela judicial efectiva por «inactividad municipal al no resolver la solicitud de cierre de la actividad de la sala de fiestas que se ejerce sin contar con la preceptiva licencia de apertura y funcionamiento».

El letrado de Cort señaló ante la jueza que la sala de fiestas, «dispone de licencia de instalación desde 1986, y que la entidad explotadora de la discoteca solicitó licencia de funcionamiento en mayo de 2002». Asimismo, los propietarios de la sala afirmaron de que estaban en poder de ambas licencias por «silencio positivo administrativo». A pesar de que en 1996 un ingeniero técnico industrial emitió un informe en el que denunciaba que la discoteca Oberbayern-Regines «carece de licencia de apertura y funcionamiento», el expediente quedó totalmente paralizado hasta enero de 2001. El 6 de septiembre de 2002, el alcalde de Palma concedió un plazo de cinco días a los propietarios para que acreditaran la legalidad del ejercicio de la discoteca, trámite que se cumplió. Sin embargo, la jueza no dio por válida una licencia obtenida por «silencio administrativo».