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El verano llega a su fin y el mal tiempo ya ha desanimado a turistas y residentes a la hora de acudir a las playas. El estío termina con numerosos descensos en la calidad de las aguas. Tras las lluvias, los torrentes vierten residuos al mar. Algunas alcantarillas de zonas costeras no soportan el volumen pluvial. A todo ello se añaden los ya conocidos problemas de depuración en algunos puntos. El mal tiempo, además, contribuye a enturbiar el mar. Así pues, descienden en calidad las aguas de: Platja de Palma, Port de Pollença, Cala Agulla, Son Moll, Cala Millor, sa Coma, s'Illot, Cala Gran, Cala d'Or, Cala Esmeralda, Cala Mondargó y s'Arenal de Llucmajor. Todas éstas se quedan en «regular». Alcanada, Platja d'Alcúdia, es Ribell de Son Servera, Cala Mandia, Cala Anguila y Cala Romàntica bajan de «excelente» a «buena». Respecto a la semana pasada, ascienden a «excelente» Camp de Mar, Port de Sóller y sa Ràpita.