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Unas 600 especies de mariposas nocturnas de Balears (además de otros insectos e invertebrados terrestres) podrían verse afectadas por las fumigaciones aéreas contra la procesionaria que prepara la Conselleria de Medi Ambient, abarcando en principio unas 37.000 hectáreas. Esta amenaza ya ha puesto en estado de alerta a científicos e investigadores, y en concreto a los entomólogos, incluso a nivel internacional. Desde Escocia, el ecólogo Nick Riddiford, uno de los mayores conocedores de los insectos de las Islas, expresó a Ultima Horasu preocupación por las fumigaciones previstas por la Conselleria que dirige Jaume Font utilizando la bacteria Bacillus thuringiensis: «No hay estudios suficientes para decidir fumigaciones a tan gran escala. En Balears existen unas 600 especies de mariposas nocturnas que podrían verse muy afectadas por esta acción, incluyendo algunas endémicas y otras que todavía no han sido descritas. Me parece una decisión demasiado drástica para acabar con la procesionaria».

Riddiford propone una solución: «Fumigar una zona piloto para comprobar científicamente sus efectos y, sólo a partir de los resultados, tomar decisiones. De todos modos, es conveniente que esa zona piloto, aunque aislada, sea cercana a otra de similares características ambientales. De esta manera, si las consecuencias de la fumigación son desastrosas, al menos el área fumigada tendrá la posibilidad de repoblarse y colonizarse con especies de la zona vecina». Riddiford, que colabora en investigaciones de universidades británicas, francesas y holandesas, valora «muy negativamente» la decisión de la Conselleria de Medi Ambient «sin que se hayan hecho estudios previos y ver las diferencias entre unas zonas y otras».

De parecida opinión es Guillem Pons, profesor de Ciències de la Terra en la UIB: «No hay un conocimiento exhaustivo de la presencia de invertebrados en Balears para poder tomar una decisión como ésta. Conocemos bien la fauna de las zonas protegidas, como s'Albufera o sa Dragonera, pero no podemos decir lo mismo del resto. Por ello, las fumigaciones indiscriminadas me parecen totalmente desaconsejables sin unos estudios previos de impacto. Tampoco parece recomendable pretender acabar con la procesionaria de golpe. Sería mucho mejor rebajar los niveles de su presencia poco a poco, año tras año, y que las fumigaciones fuesen puntuales».