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Ellos son los protagonistas de la Procesión más típica de Mallorca, la de la Beata de Santa Margalida, declarada de interés turístico a finales de los 90.

 

Sobre Antònia Frontera recae la responsabilidad de representar a la Beata el domingo a partir de las 21 horas en su recorrido por las principales calles de la Vila. Su rostro permanecerá imperturbable, tal y como manda la tradición, mientras el dimoni gros, Joan Bauzà, y dos de sus ayudantes, rompen ante ella las jarras que representan la virtud.

 

La lucha entre las colles de payeses que procesionan por la Vila (rondan los 3.000) y los dimonis (este año se ha puesto un límite de 90) que tratan de arrebatarles las jarras es uno de los emblemas de la procesión que año tras año atrae hasta Santa Margalida a miles de personas.

 

Más de 3.000 personas (el pueblo tiene 4.000 habitantes) entre demonios, payeses, las beatas y su séquito, desfilarán en la procesión que representa con 12 carrozas distintos episodios de la vida de la santa Catalina Thomàs. Maria Magdalena Campomar, Margalida Vicens, Maria del Mar Quetglas, Joana Maria Fontclara, Maria Magdalena Rosselló, Margalida Mas, Pilar Riera, Margalida Molinas, Maria Magdalena Ribot, Joana Maria Aloy, Catalina Vices y Rosa Maria Mas son las elegidas por sorteo, junto a Antònia Frontera para representar a la Beata en sus diferentes etapas. Acompaña a la Beata la Purísima Maria del Mar Carbonell.