Amparo Montes saliendo del juzgado.

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María Amparo Montes, una de las mejores amigas de Maite Areal, esposa del ex presidente del Govern Jaume Matas, declaró ante el juez instructor que investiga el patrimonio del ex jefe del Ejecutivo balear, que «miraba para otro lado» cuando ésta pagaba en las tiendas que visitaban.
«No me gusta ver el dinero y me parece más oportuno apartarme y ver otros artículos mientras se efectúa el pago», explicó María Amparo Montes, a la que los proveedores del palacete de Matas Maite Areal han identificado como «Ampi» en sus declaraciones.

Añadió, en presencia del fiscal Anticorrupción Pedro Horrach y los abogados de Jaume Matas, Rafael Perera, y de la Comunitat Autònoma, María Àngeles Berrocal, que «nunca» vio a Maite Areal abonar en efectivo artículos de gran valor, como cocinas, muebles y otros. Matizó que cuando iban de compras, ella solía darle su opinión sobre los artículos que iba a adquirir, pero que, finalmente, su amiga compraba «lo que quería».

En este aspecto incidió en que, por ejemplo, no le gusta la decoración elegida por su amiga para el piso de la calle Sant Feliu, ya que prefiere «el estilo minimalista». El juez le hizo ver que en muchos aspectos, a su juicio, la decoración del palacete es minimalista, a lo que la testigo respondió: «El minimalismo se aviene mal con el parquet y el artesonado de madera y su color no me gustan».

Desagrado

Añadió que la última vez que había visto a la esposa del ex presidente del Govern fue la semana pasada y que sólo comentaron «lo desagradable de la situación judicial», pero que «nunca» le ha insinuado lo que tendría que decir o callar ante una hipotética citación del juez, cuestión que todavía no se había producido.
Dijo que Maite Areal «siempre» le dijo que el piso de Madrid era en régimen de alquiler (la Guardia Civil sospecha que es propiedad de Jaume Matas), y también, que visitó a su amiga en el piso de Washington, en el que permaneció unos 25 días.

También subrayó que había acompañado dos o tres veces a su amiga a la Relojería Alemana, pero que delante de ella nunca ha pagado ni se ha llevado nada. Sólo en una ocasión, dijo que Maite Areal acudió a esa tienda para cambiar un reloj por otro, pero que delante de ella «ni pagó diferencia alguna ni se la devolvieron». Insistió, asimismo, que ignoraba cómo su amiga había pagado a los proveedores y que tampoco le había comentado nada al respecto. María Amparo Montes, finalmente, subrayó que según sus noticias, Maite Areal no trabajaba en Palma.