Bartomeu Vicens y su abogado Eduardo Valdivia con la dimisión como diputado.

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Bartomeu Vicens decidió ayer renunciar a su escaño en el Parlament horas después de haber sido condenado a cuatro años y medio de prisión. Vicens acordó junto al abogado Eduardo Valdivia poner punto y final a su carrera política, una decisión que permite rebajar la tensión política en Balears mientras Antich recupera la mayoría en el Parlament.

Vicens se reunió por la tarde en el despacho de su abogado para ultimar la carta de renuncia como diputado. En una nota remitida a los medios, Vicens señalaba que dimitía para no incrementar la inestabilidad en las instituciones y especialmente en el Parlament. «A partir de la fecha, y en defensa de mi inocencia, ejercitaré los recursos procesalmente pertinentes, abandonando toda actividad pública», explicaba Vicens en su nota.

Carta certificada

Vicens remitió una carta certificada al Parlament para comunicar su renuncia como diputado. El registro de la Cámara autonómica está cerrado por las tardes y, por lo tanto, Vicens no tenía ninguna posibilidad de presentar la carta de dimisión personalmente. La Mesa del Parlament aceptará de manera oficial la renuncia el próximo martes una vez que reciba la carta certificada de Vicens.

En declaraciones a este diario poco después de renunciar a su escaño, y en la misma puerta del despacho de su abogado, Bartomeu Vicens explicaba que dimitía «para rebajar la tensión política en las instituciones y especialmente en el Parlament». «Yo nunca dije que no dimitiría, pero el jueves, cuando conocí la sentencia, estaba más preocupado en la decisión judicial que en otra cosa. Era lógico. Junto a mi abogado he considerado que había que dar este paso. A partir de ahora dedicaré todos los esfuerzos posibles a trabajar en mi defensa», manifestó Vicens.

El ex diputado llevaba una carpeta con la carta de renuncia. Ademas de abandonar su escaño, Vicens también se da de baja definitivamente de Unió Mallorquina. Vicens estaba suspendido de militancia de UM desde que el juez del 'caso Son Oms' le impuso una fianza de 100.000 euros. En ese momento, Antich pidió a UM que Vicens dejase de ser portavoz del grupo parlamentario y los nacionalistas optaron por suspenderle de militancia. También se disolvió el grupo parlamentario de UM.

Con la decisión de Vicens se rebaja considerablemente la tensión política ya que Antich había manifestado que no quería utilizar el voto del ya ex diputado. De hecho, el Govern perdió el jueves una votación cuando Vicens decidió abstenerse en la convalidación del decreto ley. El president del Govern anunciaba que no utilizaria más el voto de Vicens tras ser condenado a prisión. Con la dimisión del ex diputado del grupo mixto Antich vuelve a recuperar aparentemente la normalidad en la Cámara, aunque aún hay otros diputados imputados por los tribunales.

A pesar de las circunstancias que la mantenían encadenada a su móvil, Isabel Alemany (Andratx,1967) mantuvo ayer su cena navideña en un establecimiento del Port con personas próximas en lo político y cercanas en lo personal. Licenciada en Derecho y procuradora de los tribunales, Alemany se afilió a Unió Mallorquina en 2003 y concurrió a las municipales, siendo elegida concejala. Desde el pasado verano es la alcaldesa de Andratx, fruto de un pacto con PSOE y PSM. Compatibilizará esa responsabilidad con la de diputada en el Parlament. «Ante todo quiero dar estabilidad al pacto de gobierno y a mi partido», afirmó anoche.

Bartomeu Vicens dio ayer la primera muestra de honradez pública de los últimos meses, aunque a regañadientes, con nocturnidad y obligado por las circunstancias y, sobre todo, por su abogado. La maltrecha clase política está desde ayer un poco menos sucia. Antich seguro que se siente más tranquilo, pero se ha aprovechado demasiado de este personaje que ha entrado en la historia negra de la política balear.