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Los electricistas estiman que la compañía Gesa Endesa podría cobrar del orden de 9 millones de euros mensuales a los clientes que no hayan instalado Interruptores de Control de Potencia (ICP) antes del mes de enero, tal y como establece la normativa vigente, si bien la compañía informa que no aplicará estos sobrecostes a los clientes a los que no haya remitido dos cartas de aviso -la primera de ellas certificada- ni a los que comuniquen telefónicamente la instalación del dispositivo, incluso en el caso de que sus operarios todavía no hayan pasado a precintarlo.

El presidente de la Asociación de Empresarios de Instalaciones Eléctricas y Telecomunicaciones de Mallorca, Asinem, Jaume Fornés, recordó que la normativa vigente permite a las compañías suministradoras aplicar un recargo de 20 kilovatios en la factura de los clientes que no hayan instado estos ICP a finales de año, un recargo que puede suponer un coste de entre 20 y 30 euros en una factura doméstica media.

El presidente de los instaladores explicó que en estos momentos existe un colapso de trabajo debido al crecimiento de la demanda por parte de ciudadanos que han esperado al último momento para instalar los ICP. Además, afirman que los distribuidores de material eléctrico se han visto desbordados y que en muchos casos no disponen de unidades a la venta.

Por estas razones, la patronal de electricistas considera que Gesa-Endesa debería ampliar el plazo para la instalación de estos limitadores de potencia -que tienen como objetivo adecuar el consumo a la potencia contratada- al menos por un periodo de seis meses.

Según los cálculos de la patronal en las Islas existen más de 300.000 abonados que, a día de hoy, no han instalado el citado dispositivo y creen al mismo tiempo imposible que lo hayan hecho a finales de mes.