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La recesión técnica que vive el sector de la construcción balear desde 2007 se agudizó en 2011 por los impagos de las administraciones públicas (200 millones de euros) y la paralización de proyectos de nuevas viviendas, generándose una caída del 75% de su actividad en los últimos cuatro años, que se ha traducido en la desaparición de unas 250 empresas de construcción y en más de 25.000 empleos, según explicó ayer el presidente de la Asociación de Constructores de Balears, Eduardo López.

«Vivimos el peor momento y no vemos que se haya tocado fondo. Algo se podría hacer en 2012, pero ello podría funcionar si las medidas del Govern y del Gobierno central pueden captar las inversiones que todos esperamos a las Islas», afirmaba ante la cúpula de la patronal en medio de un clima de pesimismo absoluto.

Los datos

Tanto López como el director general de la patronal de construcción, Manuel Gómez, desgranaron los principales datos evolutivos en el período 2007-2011.

Así, los proyectos de edificación en Balears se han reducido un 75 por ciento desde el inicio de la crisis en 2007, mientras que la licitación de obra pública ha caído un 71,9 por ciento. La isla más afectada es Menorca, con una disminución del 80 por ciento en la licitación de obra privada, mientras que en Mallorca la caída es de un 74 por ciento (ver gráfico adjunto).

Este descenso de la actividad es el que ha provocado que a finales de 2001, en dicha asociación, hubiera registradas 498 empresas, frente a las 740 que había en 2007. Y en cuanto al número de trabajadores en este sector, se ha pasado de los 65.780 de 2007 a los 40.875 de 2011. «Esta es la triste realidad, fruto en parte de la economía sumergida que hay en nuestro sector y que afecta negativamente a las empresas, de ahí que pidamos a las administraciones que tomen medidas para erradicarla», sentenció Gómez.