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Usuarios del Servei de Salut de les Illes Balears y bastantes farmacéuticos muestran su malestar por el hecho de que con el actual sistema de receta electrónica, que se dispensa a través de la tarjeta sanitaria del IB-Salut, se pueda estar vulnerando el derecho de los ciudadanos a la protección de sus datos.

La queja más habitual hace referencia al hecho de que el sistema informático utilizado en las farmacias de la Comunitat Autònoma -que el IB-Salut puso en marcha en 2006- para que el farmacéutico pueda dispensar los medicamentos a los pacientes incluya el lugar donde se han adquirido éstos con anterioridad.

Críticas

«No entiendo por qué el farmacéutico tiene que saber si siempre compro en mi farmacia habitual o lo he hecho en otras porque en aquel momento me ha parecido mejor hacerlo así», explica un usuario del sistema sanitario público balear.

Otro añade que «ahora, además de saber donde compramos los medicamentos, también saben nuestro tramo de renta desde la implantación del nuevo copago en julio».

Fuentes del Colegio de Farmacéuticos de Balears (Cofib) han manifestado a este periódico que «al inicio de la implantación de la receta electrónica muchos farmacéuticos ya manifestaron su rechazo a que se incluyera el punto de venta en el programa informático» y añaden que «aunque también depende del tipo de ordenador que se utiliza, a veces, esta aplicación se tiene activada y otras no lo está».

La receta electrónica, que ya está implantada en el 100% de los centros de salud de las Islas, permite al paciente obtener los medicamentos que le receta el médico simplemente presentando la tarjeta sanitaria en cualquier farmacia de la Comunitat. El farmacéutico le dispensará la medicación prescrita por el médico.