Un momento de la intervención de José Ramón Bauzá, bajo la fija mirada de Pere Rotger. | Pere Bota

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Fue la gran noticia del día, pero el president esperó hasta el final de su discurso para darla. Apenas siete meses después de que la ex consellera Carmen Castro anunciara el cierre de los hospitales General y Joan March, el president del Govern, José Ramón Bauzá, confirmó que rectifica y que los hospitales no se cierran y lo hizo con toda la solemnidad del debate que se celebraba.

«Hoy puedo anunciarles que este Govern ha elaborado un plan de viabilidad que permite que estos hospitales puedan permanecer abiertos, ofreciendo la misma calidad asistencial al paciente y bajo criterios de máxima eficiencia». El president no dio más detalles tras este anuncio y dejará que sea hoy el nuevo conseller de Salut, Martí Sansaloni, quien detalle la letra pequeña de este plan y qué consecuencias tendrá el mantenimiento de los hospitales, es decir, cuáles son las «fórmulas», como las nombró Bauzá, que permitirán mantener estos hospitales en funcionamiento.

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La gran noticia del día fue, por tanto, una rectificación, como también lo fue el segundo anuncio de Bauzá: el PP presentará una enmienda a los Presupuestos generales del Estado para que el Gobierno destine a las Islas 92 millones en carreteras. Es también una rectificación, aunque en este caso de las cuentas del Gobierno central. El president explicó que esos 92 millones serán un primer pago hasta cumplir el importe total de 333 millones de euros que suma la deuda del Gobierno con Balears.

La tercera gran noticia que dio ayer Bauzá afecta a las obras del tren entre Manacor y Artà. Tras un año con las obras paralizadas, el president anunció ayer que el proyecto quedará muerto de forma definitiva. Es decir, no habrá tren porque no bastan los 57 millones de euros que han llegado de Madrid, una cantidad muy alejada de los 443 millones que acordó el Pacte con el anterior Gobierno central.

El president incidió además que los estudios de viabilidad de este proyecto que realizó el Ejecutivo de Francesc Antich son falsos ya que apuntaban a unas previsiones de uso de 550.000 personas cuando se necesitarían cinco millones de usuarios al año para que las instalaciones fueran rentables. Bauzá aseguró que el Govern dejaba esta obra en la cuneta «por su inviabilidad, tanto económica como social».