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Los bares y restaurantes ubicados en la zona de dominio público en el Port de Palma se han convertido en objeto de deseo para muchas empresas de servicios de Balears, que han entendido a la perfección que disponiendo de una infraestructura adecuada y una perfecta relación precio-calidad se puede generar algo más que un simple negocio y rentabilidad.

La Autoritat Portuària de Balears, con una clara estrategia de dinamizar económicamente la zona de dominio público bajo su tutela, acaba de finalizar la adjudicación de todas las concesiones, a excepción del bar que se ubicará en el acantilado existente frente al castillo de San Carlos, en una antigua batería de costa.

«Queremos dar impulso económico al Port de Palma, con el claro objetivo de modernizar sus infraestructuras de servicios y conseguir, con ello, actividad productiva. Asimismo, queremos dar la oportunidad de que el dominio público sea explotado por varias personas, empresas o sociedades, con la finalidad de favorecer la competencia empresarial», apuntan desde la Autoritat Portuària de Balears.

Canon y obras

Todas las concesiones de los bares actuales, desde las troneras del Portitxol (bar Nassau), pasando por la Punta del Gas (frente al edificio de Gesa), Varadero, Pesquero, Dársena, el Moll Vell (ahora en fase de construcción y remodelación de toda la zona en donde se ubicaba el restaurante La Lubina) y el citado del Castillo de San Carlos, cuyo concurso de adjudicación será publicado en breve en el Boletín Oficial del Estado (BOE), suponen el pago de un canon anual a la Autoritat Portuària de Balears y unas inversiones en mejoras y remodelaciones de los citados bares, con el consiguiente impacto económico y laboral en las empresas de construcción y creación de mano de obra en un sector que está en recesión técnica desde finales de 2007, año de inicio de la actual crisis económica.

En el gráfico adjunto se pueden leer las inversiones en cada bar, así como el canon a pagar. En total, las inversiones se acercan a los 3 millones de euros y el pago del canon anual ronda los 2 millones de euros. A estas cantidades hay que sumar la inversión que se está haciendo en el Moll Vell por su actual concesionario, Amarres Deportivos SL, que alcanza los seis millones de euros.

Los plazos de concesión superan los 13 años, tras los cuales se volverá a convocar un nuevo concurso público que está abierto a todas las empresas de servicios que quieran optar a explotarlos.

El resultado final de las primeras obras acabadas ahora y hace unos casos, caso del bar Nassau o más recientemente del bar Anima, frente a Gesa, no puede ser más positivo, porque se ha mejorado el entorno, la calidad del servicio y, ante todo, que Palma mira cada vez más hacia el mar, favoreciendo ello la canalización de turistas, visitantes y residentes hacia estos enclaves, que propician al mismo tiempo actividades deportivas, lúdicas y recreativas en sus entornos más cercanos. Está claro que está habiendo una revitalización de toda la franja del litoral marítimo y portuario dependiente de la Autoritat Portuària de Balears.

En estos momentos se están realizando obras en el bar Pesquero y en el bar Dársena, así como en el Moll Vell. En el Varadero se iniciarán a principios del próximo año, así como en la zona del castillo de San Carlos.

Touroperadores y oficinas de información turística del centro de Palma, así como los propios hoteles urbanos, se han convertido en los principales actores promocionales de estos bares, que dan otra imagen de Ciutat, mucho más marinera y acorde con lo busca el turista o visitante, nuevas experiencias en un entorno marinero que no puede disfrutar en su ciudad o país de origen.

Palma recupera enclaves, el Port de Palma mejora su imagen y el mundo empresarial dispone de un enclave más que rentable para optimizar sus inversiones.