Imagen exterior de la Policlínica Miramar. | ARCHIVO

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El comité de empresa de la Policlínica Miramar, propiedad del Grupo Hospitalario Recoletas, ha expresado hoy su temor a que la mala gestión del centro derive en un expediente de regulación de empleo (ERE) que podría afectar directamente a unos 400 trabajadores.

Los representantes de los trabajadores del hospital privado palmesano subrayan en un comunicado que desde que en 2010 Recoletas compró la empresa Ameba, gestora de la clínica, la situación empeora «cada día», hasta el punto de que, a su juicio, se pone en riesgo la propia continuidad del centro.

Según el comité, en los últimos dos años y medio se ha llevado a cabo una reducción de plantilla, con jubilaciones anticipadas y bajas incentivadas, que ha recortado el personal en un 35 %.

Además, se han roto «relaciones con profesionales de renombrada talla en la isla» que trabajaban en la Policlínica y la dirección del centro ignora la opinión de los profesionales y de los representantes de los trabajadores.

«No contentos con ello, y de nuevo con el beneplácito de la dirección, se procedió a externalizar servicios francamente rentables» como el laboratorio de análisis clínicos y el aparcamiento, a lo que se suma la falta de inversiones significativas por parte del Grupo Recoletas, incide la representación laboral.

El comité, alarmado también por los ERE llevados a cabo en otras clínicas de la misma empresa en distintas ciudades de España, expresa su preocupación después de que se produjeran retrasos en el abono de algunas nóminas y de que la propiedad dejara de pagar la extra de Navidad por falta de liquidez.

Ante todo ello, los trabajadores subrayan su compromiso con la Policlínica Miramar y reclaman soluciones para evitar que la situación afecte a los pacientes y acabe en un expediente de regulación de empleo.