El educador social es clave para dar apoyo a los centros que trabajan con personas con discapacidad. | Julián Aguirre

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Los educadores sociales han denunciado el «intrusismo que afecta a los titulados en Educación Social» y la pérdida de calidad que esto supone para el servicio que prestan tanto la Administración como entidades sociales.

A través de un manifiesto digital, los profesionales relaman a la junta del Col·legi d’Educadores i Educadors Socials de les Illes Balears (CEESIB) que actúe tal y como está obligado «oficialmente» para que no se produzcan casos en que la figura del educador social se ve substituida por la de «trabajadores sociales e incluso personal de mantenimiento de los pisos de acogida». Este es el caso del centro de acogida de menores les Llars El Temple: «personas que no están académicamente capacitadas para jugar un papel correctivo en los programas de los adolescentes se encargan de ellos». Lo mismo denuncian que ocurre, pero no con tanta gravedad, en Cruz Roja, Amadiba, Fundació S’Estel e Intress.

«Nuestra profesión sigue siendo una absoluta desconocida, y el rol de nuestros técnicos sigue asociándose únicamente al de educadores de calle, cuando en realidad se trata de una labor multidisciplinar», aseguran los educadores.