Los participantes en la Diada per la Llengua y los de la Marxa per la Llengua han coincidido en la Plaça Major de Palma. | P. Pellicer

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Unas 12.000 personas han llenado la Plaça Major de Palma para decir 'Sí a la nostra llengua' en la Diada de la Llengua convocada por la Obra Cultural Balear (OCB), que ha coincidido con la llegada de los participantes de la Marxa per l'Educació.

Ambas iniciativas defienden la lengua propia y la educación en catalán, y están en contra de las políticas en ambas materias llevadas a cabo en esta legislatura. Miles de personas han participado en ambos acontecimientos y se han unido en la Plaça d'Espanya de Palma, desde donde han partido en medio de un ambiente festivo hasta la Plaça Major, donde se ha desarrollado el acto central de la diada. La celebración ha finalizado con un mosaico, para el que se han repartido 6.000 cartulinas.

«Sí a nuestra lengua, sí a la cultura, sí al territorio y sí a los derechos sociales», ha sido el lema de la Diada per la Llengua -en la que han colaborado más de cuarenta entidades-, que han portado los representantes de la Obra Cultural Balear, acompañados sindicatos, Assemblea de Docents y organizaciones afines.

El presidente de la Obra Cultural Balear, Jaume Mateu, ha asegurado que esta fiesta reivindicativa a favor de la lengua catalana es también una protesta contra las políticas lingüísticas y educativas del Govern en esta legislatura.

En este sentido, ha pedido un voto «reflexivo» hacia la ciudadanía que, han dicho, necesita empoderarse a favor de un cambio.

Manifiesto

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Ya en la Plaça Major, abarrotada de personas y tras el paso de gaitas y tambores, se ha leído un manifiesto, en el que el que se ha recordado a Ramón Llull, de quien se conmemoran ahora los setecientos años de su muerte.

Aquí se ha criticado que en esta legislatura los derechos lingüísticos en las islas «han sufrido los ataques más despiadados y crueles desde la muerte del dictador».

Mateu ha aludido a «agravios y acometidas provenientes del gobierno de las islas que, por imperativo legal, debe velar por el uso, el conocimiento, la difusión y el prestigio de la lengua catalana».

El manifiesto ha cuestionado que la lengua haya sido «un elemento de conflicto», lo que la ha «confinando a los ámbitos domésticos y domesticados», ya que incluso ha sido segregada en la administración pública y reducida a la «mínima expresión en los medios de comunicación».

A pesar de ello, ha enfatizado, la respuesta de los baleares ha sido «ejemplar por honorable, numerosa, persistente y sensata», porque ante «cada bofetada lingüístico», los isleños han puesto «la otra mejilla, la de la dignidad».

«Nunca callaremos ante ningún abuso o tropel a nuestros derechos lingüísticos y que cuando sea necesario diremos basta, basta de injusticia y de iniquidad, basta de mordazas, restricciones y retrocesos en materia lingüística», ha concluido.

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