Imagen del crucero, a su llegada a Palma. | Pere Bota

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El Allure of the Seas, el barco de cruceros más grande del mundo y de la historia, ha llegado este lunes por vez primera al puerto de Palma para iniciar una serie de visitas de frecuencia semanal, hasta fin de temporada.

Sus instalaciones, sin parangón en el sector crucerístico, representan lo más espectacular y vanguardista jamás construido en materia naval.

Sus más de 360 metros de eslora superan en 13 metros la marca establecida hasta ahora por su hermano de flota, el Quantum of the Seas. También son de récord sus 225.262 toneladas, frente a las 168.666 del otro gigante de la compañía Royal Caribbean, que ostenta el título de segundo crucero mayor del mundo tras la clase Oasis.

Dos calles, la Central Park y la Royal Promenade, una a cielo abierto y otra en forma de galería comercial –en la que incluso se encuentra un gran coche clásico–, representan el corazón social a bordo, entre miles de plantas de todo el mundo, restaurantes con terraza y bares de doble nivel. A popa, está el Boardwalk, el teatro para grandes espectáculos acuáticos que ofrece su aforo al aire libre.

También cuenta con el primer tiovivo en alta mar. Y a lo largo y ancho de sus 18 cubiertas, sus 5.400 pasajeros (7.400 en máxima ocupación) pueden optar a un amplio abanico de instalaciones, superior en dimensiones y variedad a muchos

complejos turísticos en tierra.
Se trata de una auténtica ciudad flotante, para cuyo atraque ha tenido que ampliarse en 160 metros la disponibilidad de amarre en la plataforma multimodal del Dique del Oeste.