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Ya ha comenzado la operación acoso y derribo contra Bauzá para que cumpla lo que prometió solemnemente el pasado martes: abandonar la presidencia del partido. Dijo que convocaría un congreso extraordinario el septiembre. Los que se conocían los estatutos del PP (muy pocos) vieron que era una «jugada de trilero, con los cubiletes vacíos», ya que hace falta el permiso expreso y formal de la dirección de Madrid para convocar. Bauzá se ha escudado en un supuesto permiso verbal formulado fuera de los cauces orgánicos del PP. La calle Génova le ha desmentido. Según miembros del ala regionalista, es su desprestigio total.

Durante su mandato Bauzá se ha presentado ante el partido como el «adalid de la limpieza». Esta «jugada» ha sido el detonante de la rebeldía. Un puñado de alcaldes, exalcaldes y concejales de la Part Forana se reunen este viernes en el restaurante Cas Solleric de Felanitx, conjurados en exigir que se cree una gestora que lleve al partido al congreso extraordinario después de las elecciones generales.

Los regionalistas del PP están indignados. Desde los tiempos de Gabiel Cañellas siempre habían ganado los congresos del partido, imponiéndose al ala más madrileñista del partido, conformada en buena parte por monolingües dispuestos a desenterrar el hacha de guerra contra el catalán. La sorpresa fue que Bauzá se pasó con armas y bagajes al ala madrileñista cuando fue elegido presidente del Govern. Su cruzada trilingüista «ha sido decisiva para que el partido bajase del 30% en votos cuando en otras comunidades se ha mantenido por encima de este porcentaje. Eso les prmite pactar . Bauzá nos ha perjudicado a todos», afirma un alcalde regionalista.

El caso Tomeu Cifre

A su vez, la «persecución de imputados por temas administrativos y no de corrupción nos ha hecho un daño terrible», destaca otro regionalista. Un caso emblemático es el de Tomeu Cifre, alcalde de Pollença. Bauzá le forzó a no ir en las listas. Se resistió y se presentó en una agrupación de electores que ha sido muy superior en votos al PP, que sólo ha sacado un concejal es esta localidad. Cifre, que acude a la comida de Felanitx, no sabe en estos momentos «si pertenezco o no al PP. Nadie me ha comunicado la apertura de ningún expediente. Nadie me ha dicho nada desde el pasado 30 de marzo. Sigo teniendo el carnet del PP pese a que me he presentado en otra candidatura». Está seguro de que fue apartado por motivos ideológicos al oponerse al decreto de trilingüismo.

Otra de las sorpresas de este viernes puede ser la presencia en Felanitx de miembros del Ajuntament de Marratxí, localidad de la que Bauzá fue alcalde y sigue siendo en la actualidad presidente de la junta local. De ser así, la visualización de la rebeldía «quedará completada».

El invitado Isern

Otro de los invitados a Felanitx es el alcalde de Palma, Mateu Isern. No ha confirmado su presencia, pero el solo hecho de que le hayan avisado ya demuestra hasta dónde quieren llegar los regionalistas.

Piensan en un perfil tipo Joan Albertí, de Fornalutx, para presidir la gestora hasta el congreso, pero luego tiene que aparecer el líder que aglutine el regionalismo tras el congreso. También están seguros de que obtendrán apoyos importantes en Menorca y Eivissa.

En ambientes de los conjurados se cree que Bauzá mantendrá el control todo el tiempo que pueda para «colcarse de número uno en la lista al Congreso y dejar el partido en manos de sus leales».

Estos se encuentran entre los grupos trilingüistas que dieron abierto apoyo a su política educativa y le defendieron en la junta directiva del pasado martes. Aquella política educativa de confrontación abrió en carne viva la brecha dentro del PP entre regionalistas y madrileñistas, que llegó a la par del empobrecimiento de las clases medias, en especial de la Part Forana, pero también de Palma, a causa de la crisis y sin que el Consolat hiciera lo suficiente para paliarlo.

Si antes se hacían bromas sobre trilingüistas y trileros ya que en su gran mayoría eran respetables monolingües, ahora el concepto «trilero» ha pasado a formar parte de los chistes de cómo interpretan Bauzá y su entorno los estatutos del PP a la hora de la convocatoria de congresos extraordinarios.