David Abril. | M. À. Cañellas

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Este martes comienza la negociación entre las formaciones de izquierdas de Balears de cara a intentar llegar a un acuerdo de gobierno para el Archipiélago. Las relaciones del bloque MÉS-Podemos con el PSIB-PSOE son a priori gélidas. Los socialistas saben que la nueva coalición exigirá que Biel Barceló sea el nuevo president del Govern. En paralelo, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias también negocian en Madrid.

Este martes también es un día especial, con la llegada a Palma de la doctora Gemma Ubasart (1978), líder de Podem Catalunya, que fue profesora de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid. Tiene la máxima confianza de Pablo Iglesias. Ubasart estará junto a sus compañeros de Balears. En el PSIB hay sorpresa porque es la primera vez que en una negociación autonómica hace acto de presencia un enviado especial llegado de la península, con mucho peso y con hilo directo con Iglesias.

Fuentes de Podemos en Mallorca no esconden que su objetivo es que Barceló (PSM) lidere el Consolat, Antoni Noguera (PSM) sea el alcalde de Palma y Jesús Jurado junior (Podemos) presidente del Consell. Piensan jugar muy fuerte ante los socialistas ya que «Armengol ha perdido muchos votos y no está en condiciones de exigir demasiado. Además, nosotros hablaremos de programas, no de personas. Y si no aceptan, presentaremos a nuestros propios candidatos. En el Parlament, entre nosotros y MÉS sumamos 19 diputados. El PSIB tendrá que elegir entre un candidato de MÉS o Bauzá. Allá ellos. Lo mismo puede decirse de Cort y del Consell».

El bloque MÉS-Podemos es un hecho. La clave es David Abril, líder de Iniciativa, puente y eje entre ambas formaciones. Abril, cada vez más cercano a las tesis de Iglesias, es partidario de lanzar el órdago en una estrategia de emplazamiento a los socialistas. Está seguro de que si el PSIB no les vota se acrecentará su retroceso electoral.

Iniciativa, aliada electoral de MÉS, y Podemos son ideológicamente dos gotas de agua.

Por su parte los socialistas baleares se disponen a escuchar y a proponer. Saben que un bloque MÉS-Podemos en el Govern levantaría ampollas entre el empresariado isleño, sobre todo el hotelero, cuya ideología de derecha pétrea está sobradamente contrastada.

Otra baza socialista es que creen que al PSM le entrará vértigo. Si MÉS ha obtenido tantos votos se debe a una fecha clave: el 29 de septiembre del 2013, cuando cien mil mallorquines se lanzaron a la calle en defensa de la lengua propia. «El votante de MÉS quiere defensa de los valores propios y política social, no un giro izquierdista de proporciones incalculables», piensan los socialistas. Algunos, en privado, ven a Barceló y a su grupo atrapados por Iniciativa y Podemos, «que cada vez más son una misma cosa». Además, ya hay nervios entre la antigua vieja guardia del PSM.

El PI, a la expectativa

Mientras, el PI está a la expectativa. Son decisivos en la conformación de 18 ayuntamientos de Mallorca y tienen margen para esperar. Sus dirigentes soñaban en un pacto con PSIB y MÉS. La suma de estas tres formaciones conforma una sólida base de 27 diputados. Creían que Podemos se abstendría y permitiría que esta mayoría de progreso gobernase.

Están muy satisfechos por el incremento del voto autóctono en el Archipiélago. Pero han quedado boquiabiertos al ver que «quien manda en MÉS no es Barceló, sino Abril, que ya tiene las dos piernas en Podemos. Así es imposible pensar en pactos».

Dirigentes del PI, abiertos a entendimientos con MÉS en los ayuntamientos, no ven «nada claro» el futuro del Govern y del Consell. Desde su óptica, «tal como van las cosas esta legislatura tal vez dure como máximo dos años. El todos contra Bauzá se ha acabado».

La incógnita es la postura del PSIB-PSOE, paralela a la decisiva negociación Sánchez-Iglesias. Pero cabe la posibilidad de que si no obtienen la presidencia del Govern, los socialistas no jueguen a nada.

Esa es precisamente la baza que espera Abril: lanzar el órdago del todo o nada sobre la mesa, seguro de que Francina Armengol no puede ponerse de parte del PP. Todo está en el alero, salvo que en Madrid se den prisa y haya acuerdo en el reparto de cartas. Si llega consigna del Manzanares, toda la izquierda balear se pondrá firmes. Pero mientras eso no pase, David Abril es el nuevo Lenin mallorquín.