Mateo Isern. | Joan Torres

TW
3

Mateu Isern ha decidido demostrar a los rodriguistas quién tiene el mando en la campaña electoral que comenzará dentro de pocos días. Sus escuderos ya se mueven como perro por su casa en la sede del Palau Reial, tradicional coto privado rodriguista. Hay mucho trabajo, poco tiempo y cierta desconfianza hacia el rodrigato, que pone cara de tropa deshinchada. Por la sede se mueven con agilidad Cristina Zaforteza (antigua secretaria de Isern en Cort), Bernat Roig y otros importantes isernistas. También Aina Aguiló ejerce casi de secretaria general de Palma en la sombra organizando reuniones de militantes del PP en diferentes barriadas para pedirles su apoyo a Mateu y al conjunto de la lista del partido en las generales. Eso coincide con que el secretario general oficial, Álvaro Gijón, descabalgado por Madrid de la lista, esta «completamente apagado». El regionalismo está tomando el mando, «sin complejos».

Isern controla la agenda de las reuniones que se desarrollan y de los actos que se montarán en todas las Balears. También tienen mucho trabajo para poner en marcha interventores y apoderados para el 20-D, cuando no pocas personas ya habrán empezado las vacaciones navideñas. Oficialmente, los rodriguista colaboran, pero no existe demasiado feeling. De hecho en la actual campaña parece que no tendrá lugar la antigua estrategia de Rodríguez de organizar un acto en cada distrito de Palma, ya que «siempre era la misma tropa rodriguista que se desplazaba de un sitio a otro para hacer de claca». Isern confía mucho más en un gran acto central en la capital que meterse en la electrocutante red de San José María.

En la Part Forana será diferente. Allí Rodríguez no manda e Isern quiere acudir a muchas ciudades y pueblos. El regionalismo forà ha cerrado filas detrás de Mateu. El cabeza de lista es consciente que fuera de Palma existe mucha decepción con el PP a raíz de la etapa José Ramón y desea cerrar heridas que no se tendrían que haber abierto. Isern intentará recuperar votos que se fueron al PI el pasado mayo o que simplemente se quedaron en su casa.

Mientras, dentro del PP se ha esparcido el rumor de que Gabriel Cañellas tiene cada vez más peso en la sombra y de que «muchos de los que están con Isern acuden a pedirle consejo». También se dice que varios candidatos, incluida Catalina Soler, que va al Senado, están muy próximos a Cañellas. También es el caso del president Miquel Vidal y del mismísimo Mateu Isern, según se comenta. La debacle electoral del 24-M ha hecho que muchos vuelvan a mirar con nostalgia al cañellismo y recuerden que la caída del expresident en 1995 metió al PP Balear en una era de inestabilidad y descontrol que «nos ha causado muchos disgustos». Estos contactos con Cañellas son estrictamente extraoficiales, pero sí demuestran hacia donde van los tiros con este resurgimiento del regionalismo.

El gerente deja de ser asesor parlamentario

Dentro del PP hay mucho run-run en torno a posibles cambios en puestos remunerados. Se comenta que el gerente, Lorenzo García Moll (que fue de lealtad absoluta a José Ramón) dejará de percibir uno de los dos sueldos que se embolsa en la actualidad. A uno se lo paga el partido vía Madrid y el otro, público, lo percibe como asesor asignado al Grupo Parlamentario, aunque por allí no le vean el pelo. A Moll le habrían dicho que con un salario, tal y como están las cosas, ya va que chuta.

Estas mismas fuentes aseguran que su puesto de asesor del Grupo Parlamentario sería ocupado por Aina Coll, prima de la líder del partido en el Consell, Maria Salom Coll. De hecho, Aina Coll ya es asesora del grupo insular, pero con su pase al Parlament percibirá unos 10.000 euros más al año. Se comenta que el puesto en el Consell será ocupado por uno de los jefes de campaña de Mateu Isern, que así podrá tener un salario para dedicarse al candidato 24 horas al día.

Este run-run aún no tiene confirmación oficial, pero este jueves por la noche se extendió como la pólvora por todo el aparato del PP. En estas jornadas previas a la campaña electoral, los rumores corren a más velocidad que el huracán Katrina.