El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera | ALBERTO EST

TW
19

En el Govern Balear ya hacen cábalas sobre la composición del Gobierno que saldrá de las elecciones del 20-D. Lo hacen los socialistas pero, sobre todo, Més, que ya intuye una nueva correlación de fuerzas que puede resultar desfavorable para los intereses del autogobierno isleño. En Més lo tienen muy claro: «Sólo hay dos escenarios posibles ya que el resto de posibilidades no encajan ni con calzador. La primera es un Gobierno PP-Ciudadanos y la segunda, si Albert Rivera no le hace suficiente daño electoral a los socialistas, un Gobierno PSOE-Ciudadanos».

Ambos panoramas no parecen satisfactorios para la correlación de fuerzas balear, ya que los C's de Mallorca «no son demasiado sensibles a la personalidad propia de Balears y podrían crearse tensiones. También habría que ver cuál sería el posicionamiento de Podem. Según como salgan las elecciones generales, la situación balear podría complicarse», consideran en Més.

Un factor a tener «muy en cuenta» es que si Albert Rivera acepta pactar con el PP «será seguramente con la condición de que al futuro Gobierno no lo presida Rajoy, sino Soraya. Con ello conseguiría llegar a un acuerdo que sería muy bien aceptado por los poderes económicos sin que significase en la práctica la absorción de C's por parte del PP».

La otra posibilidad, un acuerdo Sánchez-Rivera «ya no se ve con tan mal ojo, pero incluso el PSIB podría tener problemas. El Govern tiene previsto lanzar el año que viene una campaña de declaraciones (y quien sabe si una manifestación) en defensa de los intereses de Balears, en demanda de una mejor financiación autonómica y para paliar el actual expolio fiscal. Con el madrileño Sánchez de presidente y Rivera cortando parte del bacalao, la defensa de más recursos para el Archipiélago podría chocar contra el muro de la incomprensión capitalina.

Habrá que ver como se resuelve el puzzle de las próximas generales, el más complejo y abierto que se recuerda desde los tiempos del inicio de la Transición. Se da por seguro que todos los días de la campaña serán claves y que muchos electores no decidirán su voto hasta el último momento. En todo caso, en el Govern ven que en la Península la única fuerza en ascenso que tiene todas las cartas para entrar en el Gobierno, aunque sea como segunda fuerza, es Ciudadanos, «que en Catalunya arrancaron muchos votos a los socialistas».

El posicionamiento de Pericay y sus compañeros no gusta a la izquierda balear, firmemente comprometida en la defensa de la lengua propia de Archipiélago. También preocupan el ambiente de recentralización existente en Madrid y potenciado tras el gran número de votos obtenido por Ciudadanos en Cataluña.