Aina Maria Aguiló.

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Aina Aguiló, mano derecha organizativa de Mateu Isern en la campaña electoral en Palma, ha sido expedientada por el partido a instancias del secretario general Andreu Ferrer, por un altercado acaecido en el restaurante Son Termes la noche del pasado viernes, al comienzo de la cena de Navidad del partido, que coincidía con el final de la campaña electoral. Tanto el comité de dirección del PP como el Comité de Garantías (que debe juzgar el asunto) ya han sido convenientemente informados. Esta tangana revela el estado de tensión que vive el PP. Hubo calificativos de «sectario» y «rodriguista» por una parte y de «sinvergüenza» por la otra. También Sebastià Barceló, marido de Aguiló, asegura que el gerente del partido, Lorenzo García Moll, le llamó «gilipollas».

Todo empezó antes de empezar la cena, que debía ser de hermandad previa a las urnas. Tenían que hablar los primeros espadas y para comer había crema de champiñones, pollo relleno y tarta de chocolate. Cada militante (asistieron unos mil) pagaba 15 euros. Todo empezó porque Aina Aguiló, que había vendido unos 200 tickets en días anteriores, colocó una tarjetita con el nombre de cada afiliado en las diferentes mesas, reservando sitio. «En la reserva, todos de Palma, incluso rodriguistas. Coloqué los papeles para agilizar el acto y que todos se sintiesen cómodos», afirma Aguiló.

No obstante, empleados del partido también vendían tickets fuera del recinto en aquel momento y cuando entraban ya se encontraban muchos asientos reservados. «Aguiló no era quién para decidir de motu propio quién se sentaba y dónde», dicen fuentes rodriguistas. Entonces, el secretario general, Andreu Ferrer, se fue directo hacia ella y le recriminó lo que había hecho. Según Aina, Andreu la calificó de «sinvergüenza». Ésta le respondió definiéndolo como «rodriguista y sectario», entre un ataque de nervios de ambos. Para Aguiló «en ningún caso le insulté, porque no es mi estilo. Que yo sepa, rodriguista es un calificativo político, no un término injurioso».

Pero ahí no acabó la fiesta. Aina Aguiló y su marido, Sebastià Barceló, repararon en que en otra parte del restaurante había reservas con tarjetas. Eran los que llegaron de la mano de Paco Frau, mano derecha de José María Rodríguez. Entonces Aina y Sebastià protestaron. Los rodriguistas les respondieron que «estas personas pertenecen a una asociación de una barriada de Palma y por eso están aquí». Pero Sebastià Barceló reparó en otra mesa con tarjetitas. Allí se sentaban la entonces candidata al Senado Cati Soler y el gerente del partido, Lorenzo García Moll. Sebastià se puso a hacerles fotos con su móvil. Y, según él, García Moll se calentó y le calificó de «gilipollas».

En el comité de dirección del miércoles, Ferrer anunció que empuraba a Aina Aguiló y que lo elevaría al Comité de Garantías, que ya ha sido informado, y donde hay algún destacado rodriguista. Según Aina, «es inapropiado que Ferrer diga que me ha abierto expediente cuando él no es quien para hacerlo, sólo para denunciarme, como mucho. Estoy dispuesta a defenderme y a demostrar que actué correctamente. Será Ferrer quien quede en evidencia».

La imagen de armonía externa que intenta dar el PP se está demostrando que es sólo un maquillaje, por muchos esfuerzos que haga el desbordado presidente Miquel Vidal.

El combate de Son Termes refleja la lucha enconada por el control del partido en Palma, ya que el orden de colocación en la fiesta popular podía reflejar la correlación de fuerzas existentes en estos momentos en el partido.