Bel Oliver. | Redacción Local

TW
1

El PSOE ha puesto en marcha la maquinaria de su aparato de organización de cara a celebrar la consulta-referéndum de sus bases para que aprueben o rechacen el pacto que presentará Pedro Sánchez. La secretaria balear, Bel Oliver, persona de estricta confianza de Francina Armengol, mantiene este jueves una reunión-cumbre en la sede central socialista de la calle Ferraz con sus compañeros que tienen la misma responsabilidad en las diferentes federaciones. Del encuentro de hoy es posible que salga la fecha de la consulta, que podría ser el último fin de semana de este mes de febrero. Ello quiere decir que el intento de investidura en el Congreso por parte de Pedro Sánchez se podría producir la primera semana de marzo una vez que decenas de miles de socialistas hayan dicho amén.

El proceso se acelera. Esta toque de corneta a los secretarios de organización se interpreta como una clara señal de que las negociaciones que mantiene Sánchez «están mucho más avanzadas de lo que se cree». ¿Pero con quién? Si fuese un pacto con Ciudadanos y el PP detrás haciendo de hortelano abstencionista, «no haría falta esta llamada a las bases puesto que dirían que no», afirman fuentes del PSIB.

La llamada a los secretarios de organización para movilizar a las bases con la papeleta en la mano debe interpretarse en el otro sentido. «Es el más claro indicio de que está avanzando un pacto de izquierdas que incluye a Podemos e IU con Pedro de presidente y Pablo de vice. Ése sí que es un panorama atractivo para las bases socialistas, para su participación masiva en la consulta y para que den su apoyo».

Además, la consulta es un «hábil instrumento» para cortar las alas a los barones del Sur, como Susana Díaz o Page, que en ningún caso quieren la más mínima connivencia con los soberanistas catalanes. Pero la realidad es que este hipotético acuerdo con los nacionalistas, aunque sea tácito, da la mayoría absoluta a Sánchez y a sus aliados. La correlación de fuerzas es la siguiente: toda la izquierda PSOE-Podemos-IU tiene 161 diputados. Si Sánchez logra el apoyo del PNB se va a los 167 apoyos, suficiente para salir elegido incluso en primera vuelta si los 17 parlamentarios soberanistas catalanes no acuden a votar. Basta que se queden en el bar del Congreso tomándose un cortado para cambiar la Historia.

La distancia entre los socialistas y los que gobiernan la Generalitat es enorme. «Ahora mismo es imposible articular un acuerdo con ellos. Pero hay que tener empatía y comprender que en en la Plaça de Sant Jaume prefieren mucho más un Gobierno Sánchez-Iglesias con apoyo vasco que otro donde ande metido el PP, partido que no olvidemos que ha empujado al procesamiento de Artur Mas y se ha mofado del proceso catalán».

Este acuerdo de toda la izquierda con anuencia de los nacionalismos periféricos flota en el ambiente de Madrid, «aunque no guste a los sectores más derechistas, que intentan zancadillearlo a toda costa».

Otra prueba de que los vientos del cambio van es esta dirección es que en la reunión de este jueves la cúpula del PSOE presentará y explicará a los secretarios de organización de las federaciones el documento de 40 puntos de Gobierno que pretende llevar a la práctica Sánchez: acabar con la reforma laboral del PP; una política social mucho más activa: avance hacia la reforma de la Constitución...En el PP levanta ampollas, pero este documento de 51 folios llegará pronto a las bases socialistas de Balears...y de toda España. Y a votar...

Vienen horas decisivas. Algunos socialistas ya dan por seguro que Sánchez pedirá a las bases que aprueben su pacto con Pablo Iglesias. I las Susanas y Pages callados porque no pueden ir contra su propia militancia ya que se juegan la silla.