Los miembros del Consell Consultiu, en la imagen con la presidenta del Govern, Francina Armengol, y la del Parlament, Xelo Huertas. | Redacción Local

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La reunión del Consell Consultiu que debía resolver si el Consell de Mallorca debe dejar de pagar el nivel 33 a sus funcionarios fue este miércoles muy tensa y bronca en algunos momentos. Es lo poco que se sabe de una sesión en la que la redactora del dictamen, Catalina Pons-Estel, propuesta por Podemos, había pedido que el orden del día de la reunión incluyera además una petición para investigar las filtraciones sobre el contenido de un encuentro previo mantenido por este órgano asesor con el mismo objeto.

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El reglamento del Consell Consultiu establece que las deliberaciones y el sentido del voto de los consellers son secretos, por lo que si algún miembro del órgano asesor daba cuenta de lo debatido en la reunión podría llegar a incurrir en un delito de revelación de secretos. La petición de Pons-Estel surtió efecto dado que, pese a que el debate fue largo, no se sabe si el Consultiu dio o no el visto bueno al dictamen que en un principio avalaba la suspensión del complemento en la institución insular.

Era la segunda ocasión en la que se debatía este asunto en el órgano asesor del Govern. La primera, hace menos de dos semanas, el asunto había quedado sobre la mesa.