Las familias acudieron a la concentración con pancartas y silbatos. | Jaume Morey

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Decenas de padres y madres de los alumnos del CEIP Miquel Porcel, en Son Cladera, se concentraron este martes ante la puerta del colegio, al que definen «como el más abandonado de Palma». La protesta, que cuenta con el respaldo de la dirección, reclama reformas urgentes a la Conselleria de Educació que vayan más allá de las tareas de mantenimiento que hace el Cort.

Las familias denuncian que en el centro no hay escaleras de emergencia, rampas ni ascensor para las personas con discapacidad (a pesar de tener una niña matriculada que va en silla de ruedas y a la que tienen que subir en brazos por las escaleras). Algunas ventanas no se abren, otras no se pueden cerrar y en la planta superior hay dos aulas a medio construir desde los años 90. Además, sigue teniendo el tejado de amianto, el gimnasio tiene columnas de cemento que no llevan un forraje de protección para evitar que los niños se hagan daño y el plan de seguridad está caducado desde 2011. «Esto no puede seguir así, queremos un colegio digno para nuestros hijos», decían algunos padres ayer en la puerta del colegio.

Conselleria

Desde la Conselleria explicaron que ya se está trabajando para cumplir con las reivindicaciones de las familias.El amianto se retirará, en principio, este verano y tanto la instalación del ascensor como las clases que quedan por finalizar están proyectados. La idea es que el año que viene estén acabadas las dos obras, pero, si es posible, se intentará tener las dos antes de que acabe el 2016.