En diciembre del pasado año Palma estrenó el actual sistema de recogida de trastos, un modelo muy criticado por los trabajadores de Emaya. | Pere Bota

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El acta del comité de empresa celebrado el pasado 20 de junio refleja la crítica unánime de todos los representantes sindicales de Emaya al actual sistema de recogida de trastos, el cual mereció para el delegado de la UGT algunos de los reproches más duros: «El personal es insuficiente y los días libres no se cogen cuando corresponde, y otro tema es el de los vehículos, que van justos o no hay», precisando a continuación que «hay frustación en el personal por no poder hacer bien las rutas. El modelo no va bien, es un fracaso y habría que volver a la situación anterior; y eso no es lo que queremos. Lo que está presionando es que la imagen del servicio no es buena y los trabajadores se frustran porque no pueden hacer bien el servicio».

El debate sobre el S-19 (recogida de trastos) fue vivo, según el acta, hasta el punto de que el delegado de la CGT no dudó en denunciar que «hay compañeros que se sienten presionados e intimidados».

En opinión del representante del CSIF la raíz del problema reside en que «el S-19 se creó para suplir el servicio de recogida de trastos a domicilio y lo que se ha pretendido cubrir es la recogida de trastos a domicilio y en la calle», indica la tranascripción de la reunión.

El presidente del comité de empresa, José Villanueva, declara la inoperancia en general del servicio de recogida de trastos y la pésima imagen que trasmite de la ciudad, circunstancia que atribuye en primer lugar «a la falta de personal, hay que tener en cuenta que un tercio de la plantilla del S-19 no está operativa por diversas causas, la mayoría por lesiones derivadas de la sobrecarga».