La Audiencia Provincial. | Redacción Digital

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Una residente en el Secar de la Real ha sido condenada por la Audiencia Provincial a indemnizar con 1.500 euros a un vecino por los ladridos nocturnos de sus dos perros que dormían en el patio trasero de la vivienda.

La misma sentencia la obliga a que los dos animales dejen de molestar durante la noche, «con obligación de introducir a los perros de su propiedad dentro de su domicilio o bien en otro lugar, de manera que no puedan ser oídos entre las 23.00 y las 8.00 horas».

La víctima acudió a los tribunales después de haber intentado negociar con su vecina y de haber avisado varias noches a la policía. Había soportado la situación durante dos años.

La dueña de los animales constó que era «una necedad» negar que los perros ladraran pero que, si lo hacían era de forma «esporádica y natural».