Gente tomando el sol este verano en una playa de Mallorca. | M.À.C.

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Un estudio de la Universitat de les Illes Balears (UIB) sobre los escenarios demográficos para las próximas décadas señala que el archipiélago logrará una carga máxima de 2,5 millones de personas en el año 2030 y que la presión humana sobre las Islas se incrementará de manera notable en las próximas décadas hasta llegar a que la costa de Mallorca podría tener que hacer frente a concentraciones de 25 personas por metro lineal de playa en 2030.

Este es uno de los escenarios que se dibujan en el horizonte según un estudio elaborado por el catedrático de Economía Aplicada de la UIB y decano de la Facultad de Economía y Empresa, Andreu Sansó, en el que se analizan las previsiones de los indicadores de presión humana para Baleares los próximos años.

La investigación aporta información sobre las proyecciones de población y de carga demográfica diaria para 2020, 2025 y 2030, que es básica para la planificación estratégica de infraestructuras y de recursos.

El estudio, hecho por encargo de la Dirección General de Innovación e Investigación de la Vicepresidencia y Conselleria de Innovación, Investigación y Turismo del Govern, propone una metodología para la elaboración de proyecciones del indicador de presión humana (IPH) para los próximos años. Este indicador permite contabilizar el número de personas que hay en un momento dado en un área geográfica determinada a partir de la cuantificación de los flujos de entrada y salida.

A la vez, el IPH es un indicador de la actividad de este territorio al permitir inferir información sobre la producción de residuos, el consumo de agua y el de energía o el uso de servicios sanitarios, entre otros.

Las proyecciones elaboradas por Sansó recogen los patrones regulares observados en las series de la IPH para el periodo 1997-2015, recogidas por el Instituto de Estadística de las Islas Baleares (Ibestat). Así, extrapolando estos patrones como tendencias para los escenarios futuros, el trabajo permite extrapolar qué seria la evolución de la presión humana en Baleares si no se introducen medidas que corrijan estas tendencias.

El trabajo señala que la carga demográfica mínima -el número mínimo de personas que coincidirán en Baleares en un momento dado- se incrementará un 33,1 por ciento entre 2015 y 2030. La suma mínima de residentes y visitantes crecerá un 32,7 por ciento en Mallorca, un 28,8 por ciento en Menorca y un 39,8 por ciento a las Pitiüses en este mismo periodo.

En cuanto a la carga demográfica máxima -el número máximo de personas que podrían llegar a coincidir en el archipiélago- el crecimiento sería ligeramente inferior y lograría un incremento del 23,7 por ciento entre el 2015 y el 2030 para el conjunto de las Islas Baleares. Este incremento sería del 24,4 por ciento en Mallorca, del 17,1 por ciento en Menorca y del 27,6 por ciento en las Pitiusas.

Todo ello supone que en 2030, en Baleares coincidiría un mínimo de 1,4 millones de personas y un máximo de 2,5 millones, con una población media de 1,8 millones. En el año 2015, Baleares soportó un mínimo de 1 millón de personas y un máximo de 2 millones, con una media de 1,4 millones.

Por otro lado, el estudio aporta previsiones en cuanto a la evolución de la densidad de población en las Islas para los próximos años y señala que se podrían llegar a lograr cifras parecidas a las de los lugares más poblados del mundo.

Así, en 2030 habría un mínimo de 292 habitantes por kilómetro cuadrado y un máximo de 499 en el conjunto del archipiélago. El caso extremo serían las Pitiusas, que lograrían una densidad mínima de 566 habitantes por kilómetro cuadrado y una densidad máxima de 723.

Este incremento de la presión humana sobre el territorio también se trasladaría a las playas, uno de los principales atractivos de la comunidad como destino turístico, de forma que en 2030 la densidad máxima de población por línea de playa podría lograr las 15,5 personas por metro lineal de playa. Esta cifra sería de 25,6 personas por metro lineal de playa en el caso de Mallorca, de 5,7 en Menorca y de 10,1 a las Pitiüses.

El investigador de la UIB avisa también de que las previsiones que aporta no incluyen ni las llegadas de cruceristas ni las visitas con yates privados, de forma que las presiones de carga demográfica pueden llegar a ser todavía más grandes que las apuntadas.