Agentes de la Policía Local de Palma, en el restaurante de Calanova. | Alejandro Sepúlveda

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La Policía Local de Palma y la Nacional entraron este miércoles en el puerto de Calanova y no por la investigación de la Fiscalía sobre el contrato. Un conflicto entre la empresa concesionaria del puerto y la que explota el restaurante ha desembocado ya en dos intervenciones policiales y ambas partes anuncian que presentarán denuncias penales una contra otra.

La empresa que gestiona el puerto, Port Olimpic Calanova S. L. sostiene que el restaurante ahora mismo es un ‘okupa’. Esgrime que la concesión expiró el pasado dos de enero y que no se va a prorrogar, algo que ha notificado vía burofax. De hecho, ha pedido a Ports mediante un escrito que intervenga para que se produzca el desalojo de forma inmediata.

Por su parte, el titular del restaurante, la empresa Portals Night S.L. se niega a acatar las indicaciones de la concesionaria del puerto. Esgrime que hay un procedimiento contencioso contra la adjudicación y que hay varias investigaciones, por lo que niega legitimidad a Port Olimpic para expulsarla. En medio de ese conflicto se desarrollan además las obras para reformar el edificio de la escuela de vela, junto al restaurante. Estas actuaciones, que fueron autorizadas por la administración el pasado mes de octubre, estaban condicionadas a respetar las condiciones del servicio de restaurante. La cuestión es que la concesionaria del puerto sostiene que está extinguido. Las obras implican actuaciones muy cerca de las mesas que aún siguen abiertas y ahí se disparan las tensiones.

El responsable del establecimiento, Alfonso Robledo, afirma que Port Olimpic le está «hostigando» para que se marche. Este miércoles se encontró con la terraza del local cerrada por una valla de obra. Cogió una radial y la cortó.