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El juez José Castro, que instruyó durante cinco años el caso Nóos, ha afirmado que «no esperaba este tipo de sentencia» con tantas absoluciones, entre ellas la de la infanta Cristina, pero ha matizado que ahora habrá que leerla y entender los razonamientos del tribunal para llegar a esa decisión.

El juez ha opinado que en el caso de la infanta parece que «la ignorancia que ella hacía gala» en el juicio e instrucción «ha merecido crédito» del tribunal, «como se ha podido dar crédito a lo que dijera Rosalía Iglesias y Ana Mato», en referencia a la exmujer de Luis Bárcenas y a la exministra de Sanidad, enjuiciadas en el caso Gürtel.

«Si ese es el convencimiento al que ha llegado la Audiencia Provincial, difiere del mío, pero el que vale es el suyo y hay que respetarlo y punto», ha añadido.

El magistrado ha indicado que «habrá que leer las argumentaciones para saber por qué se ha llegado a esa conclusión», ya que solo el fallo (la sentencia tiene más de 700 folios) «no te da una pista fiable de por qué han ocurrido las cosas».

«Hay que respetar y acatar esta sentencia», ha dicho para añadir que el tribunal, aparte de condenar o absolver, también debe «convencer a las partes del litigio», porque «no en balde los juicios son públicos para incentivar la confianza de la ciudadanía en la justicia».

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«Quizá uno no esperaba este tipo de sentencia así, pero si se nos explica por qué se llega a este resultado, es posible que lo entendamos o bien que sigamos sin entenderlo», ha dicho.

«Sería interesante leer esa argumentación -ha proseguido- y podríamos entender por qué se ha absuelto a determinadas personas o por qué la reducción de pena ha sido tan drástica».

Castro también se ha querido defender de las críticas de que la instrucción del caso ha ido lenta y ha recordado que la causa nació en julio de 2010, cuando abrió una pieza separada del caso Palma Arena para investigar las actividades del Instituto Nóos de Iñaki Urdangarin.

Se estuvo investigando, ha dicho, hasta junio de 2015, pero con el caso estuvo un año «entretenido» en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, por lo que la investigación duró algo menos de cuatro años.

Un periodo que Castro no ha considerado excesivo teniendo en cuenta los «ridículos medios» a disposición del juzgado, la complejidad de la causa y la cantidad de recursos que han ido presentando las partes.