Miles de personas han participado en la manifestación en apoyo a los refugiados. | Jaume Morey

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Miles de personas, de diferentes nacionalidades, han salido a la calle este sábado para reivindicar que 'Mallorca quiere acoger' en una manifestación, convocada por el Moviment Escolta y Guiatge, en favor de las personas migradas y refugiados.

Al ritmo de la batucada, los asistentes, que han llenado la plaza Mayor, han iniciado pasadas las 18.30 horas el recorrido por la calle de Colom en dirección al Paseo del Born.

Los manifestantes han mostrado pancartas con lemas como 'A Mallorca volem acollir', '#Welcome refugees', 'Las políticas de cierre de fronteras son asesinas' o 'Mallorca, terra d'acolliment', entre otros.

La concentración ha pasado sin causar ningún tipo de incidente por las calles Palau Reial, de la Victòria, Conqueridor y de Maroto i Tous y por delante de la Delegación del Govern.

Una vez en el paseo del Borne, los organizadores han leído un manifiesto con el que han reclamado al Govern y al Consell que conviertan Mallorca en una «tierra de acogida», así como que garanticen la «inclusión y el desarrollo social» de las personas que llegan a la isla «luchando contra el racismo, la xenofobia, la violencia machista y la fobia al colectivo Lgtbi».

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El Moviment ha pedido la defensa del derecho a la libre circulación, tal y como se recoge en el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y el fomento de la cultura de la paz para erradicar la injusticia o la violencia estructural y la vulneración a los derechos humanos.

Igualmente, han solicitado la elaboración de un plan de actuación «real y concreto» para favorecer la acogida e inclusión de inmigrantes y refugiados, pues, han recordado, más de 290 millones de personas se han tenido que desplazar «forzosamente» en los últimos años.

La asociación ha criticado que España está «incumpliendo el compromiso adquirido en 2015 de recibir 17.772 refugiados en dos años», vulnerado así el derecho internacional y los compromisos adquiridos al firmar la Declaración Universal.

Además, han lamentado que los estados de la Unión Europea hayan restringido el paso de las personas hasta convertir el continente en «una gran fortaleza» en la que quienes consiguen entrar lo hacen «jugándose la vida y vaciándose los bolsillos en favor de las redes de tráfico de personas».

En este sentido, han incidido en que a pesar de medidas para frenar la inmigración, las personas seguirán intentando entrar «porque los motivos que les empujan a huir son más fuertes que los muros que se puedan encontrar en el camino».