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El equipo de abogados que ha defendido a la Infanta Cristina en el caso Nóos valorará ahora, una vez conocida su absolución en el caso, si recurre ante el Tribunal Supremo la decisión de la Audiencia de Palma de permitir a Manos Limpias ejercer la acusación popular contra ella -la hermana del Rey fue juzgada porque así lo pidió esta acusación, no la fiscalía-.

Así lo ha avanzado uno de los abogados, José María Silva, que ha avanzado que él, personalmente, sí es partidario de presentar este recurso. «Creo que Manos Limpias no debería haber estado jamás en el juicio y yo soy partidario de recurrir en casación, somos un equipo y y tendremos que valorarlo en conjunto, pero si por mí fuera tendríamos el anuncio de casación sobre este punto», ha dicho.

Sobre la actuación de Manos Limpias, Silva ha dicho que no le consta personalmente que Manos Limpias tratase de chantajear a la Infanta para retirar su acusación, reclamando 3 millones de euros, y sólo ha afirmado que si su presidente, Miguel Bernad, está imputado, será porque hay «indicios razonables» contra él.

El abogado cree que la sentencia del caso Nóos será recurrida ante el Supremo tanto por la Fiscalía como por el abogado del marido de la Infanta, Iñaki Urdangarin, condenado a seis años y tres meses de cárcel, y que «hay argumentos» para que esta condena le sea «rebajada».

Sobre la situación de Urdangarin, ha opinado que si el fiscal optase por pedir prisión como medida cautelar sería una medida «absolutamente desproporcionada y carente de justificación material».

Aunque se espera que la 'vistilla' para decidir las medidas cautelares tenga lugar muy pronto, Silva ha reconocido que antes de eso los condenados deberían recibir personalmente la sentencia, cosa que también es necesaria para que empiece a correr el plazo para recurrirla.

Al estar Urdangarin domiciliado en Ginebra, lo adecuado desde el punto de vista procesal sería notificársela con una comisión rogatoria internacional, aunque ha explicado que también podría llegarse a un «arreglo extraprocesal» para que él vaya a Palma y se la notifiquen.

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Por su parte, otro de los abogados del equipo, Pau Molins, ha relatado que la Infanta está «lógicamente preocupada por la situación de su marido, por las noticias que llegan sobre la petición del fiscal de adopción de medidas cautelares, pero a la vez esperanzada en que el trámite casacional permita mejorar la situación».

Molins también cree que sería «absolutamente inhabitual y atípico» que ingrese en prisión antes de la sentencia firme del Tribunal Supremo, puesto que «hasta que la sentencia no sea firme no se debe ejecutar, solo en casos extraordinarios donde haya posibilidades de que se pueda huir de la acción de la justicia».

Afrontar juicios paralelos

Silva se ha declarado «moderadamente satisfecho» por la absolución de su clienta, pero ha lamentado el «juicio paralelo, que ha sido durísimo y estaba perdido antes de empezarse». A su modo de ver, «habrá que afrontar tarde o temprano el problema de los juicios paralelos en España porque están produciendo unos efectos devastadores», por la vía de hacer «más pedagogía en la opinión pública sobre la presunción de inocencia y la carga de la prueba».

Preguntado sobre si Zarzuela debería ahora rehabilitar a la Infanta, se ha limitado a decir que con la sentencia absolutoria la hermana del Rey tiene «restituidos todos sus derechos y prerrogativas como ciudadana», y que «a partir de ahí cada uno sabrá lo que tiene que hacer». En cambio, Molins ha opinado que sería «de lo más normal», ya que «la absolución significa eso y todos los pronunciamientos son favorables».

Por otro lado, este abogado ha remarcado que «no tiene ningún sentido» interpretar la absolución de la Infanta Cristina concluyendo que 'no se enteraba de nada', porque «el Derecho penal no castiga lo que uno sepa o deje de saber, sino que castiga lo que uno hace o deja de hacer cuando tenía que hacer».

«Incluso el juez Castro siempre le negó la imputación a lo largo de la instrucción hasta que sorpresivamente cambió de tesis y se enfrentó al Ministerio Fiscal y, alineándose con las tesis de Manos Limpias, acabó imputando a la Infanta», ha recordado Molins.