Los asistentes arrojan claveles rojos durante la ofrenda floral en el cementerio. | P. Pellicer

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Más de 200 personas han acudido este domingo al homenaje al alcalde republicano de Palma Emili Darder, así como de Alexandre Jaume, Antoni Mateu y Antoni Maria Ques, con motivo del 80 aniversario de su fusilamiento durante la Guerra Civil. El acto se ha desarrollado en el lugar donde se produjo el crimen el 24 de febrero de 1937: el Mur de la Memòria, en el exterior del cementerio de Ciutat.

«Mi madre tenía 14 años cuando recibió una carta que ponía: ‘Quiero que vayas siempre con la cabeza bien alta. Yo siempre he intentado hacer el bien para todo el mundo’», ha rememorado el galerista Ferran Cano, nieto de Emili Darder. Cano afirmó también que «el principal objetivo de mi abuelo fue lograr la máxima calidad de vida, sanidad y educación para la ciudadanía».

Recuerdo

Mariona Valls es la bisnieta del alcalde de Inca Antoni Mateu, también asesinado aquel 24 de febrero. Muy emocionada, ha recordado que «la gente que no murió tuvo miedo de explicar quiénes éramos, quiénes somos» y añadió que «la gente que critica la Memoria Histórica nos quiere negar la identidad. Nosotros no estamos aquí para remover nada, salvo las fosas y las conciencias».

El profesor de Historia de la UIB y presidente de la Asociación Emili Darder, Antoni Marimon, ha querido recordar que «ahora también se cumplen 40 años del primer acto público en su memoria, una misa en memoria de Emili Darder».