José Ramón Bauzá exhibe banderitas en un acto reciente.

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De perdidos al río, Bauzá se huele un batacazo descomunal el día 26 y ha decidido tirar por la calle de en medio, en plan Mesala en Ben Hur. Ha ordenado a su equipo llamar por teléfono a los 22.800 afiliados al PP pidiéndoles el voto. Tienen base de operaciones en la propia sede, con los listados en la mano. Han empezado por la A, es decir, Alcúdia. La ofensiva telefónica es de escala Richter. Temblarán todos los pueblos y ciudades, uno a uno.

El mensaje que lanzan es «tan pueril, simple y ciego como desesperado». El miembro del equipo de Joserra que hace la llamada califica a José Ramón de «mallorquinista» y de amante de los valores de la isla. Tras esta introducción, se pone a rajar contra Biel Company, al que denigra como «catalanista».

En la sede se comenta que a algún telefoneador joserrista se le ha calentado la boca y ha tachado a Company de «separatista. Sólo le ha faltado decir que es la reencarnación de Iosu Ternera». En la sede hay carcajadas. Son mensajes «tan torpes y exagerados que cosechan el resultado contrario al que buscan. Sólo les falta poner rabo y cuernos a Biel. En esta vida no se gana nada con la histeria, salvo hacer santo al adversario».

Ya son de dominio público los comentarios de la cúpula sobre «lo mal asesorado que está este chico. Ninguna de las consignas que lanza tiene la menor consistencia. Son argumentos de patio de colegio. Se ha creído que los afiliados del PP son bobos. No se puede tratar a gente con compromiso político como si fuesen cretinos. No se les convence, se les ofende».

Pero Bauzá no se rinde, sobre todo ahora que se ha hecho «mallorquinista». Ha cambiado sobre la marcha. Se ha dado cuenta de que «el rollo madrileñista que ha utilizado hasta ahora, con su ristra de topicazos barateros, ya no cuelan ni en el Paseo de Recoletos», se comenta en el PP. Hay chirigota en Palau Reial: «Esta claro que José Ramón se ve cada vez más cerca del parque del Retiro y se ha puesto en la piel del Pato Donald para evitarlo. No comprende que una campaña electoral, y más en primarias, se gana con propuestas en positivo, no echando pestes».

Nadie olvida que «cuando Bauzá fue presidente, humilló, despreció, ninguneó e incluso echó a muchos compañeros». Es un error tachar a Company de catalanista «porque nadie se lo cree. Es peor que disparar con la escopeta vacía. Es ponerse el cañón en la boca».

Pero a José Ramón le pueden los celos. Siempre le han vencido. Se pone frenopático cuando le hablan de Company. Parece un poseso. para él, «José Ramón no ve a un compañero, sino a la niña de 'El Exorcista'».

La máxima expresión de los celos que siente se explicitó cuando se enteró de que Biel había sido invitado a 13 TV, la cadena televisiva madrileña de la Conferencia Episcopal. Fue un golpe durísimo para su ego. Removió firmamento y tierra para que le entrevistasen a él antes que a Company. Armó tanta jarana que, según fuentes de la cúpula del PP balear, hubo una reunión de altura en Madrid entre directivos de 13 TV y de la COPE (ambas propiedad de los obispos) y «decidieron no invitar a ninguno de los dos».

Los celos le sirvieron a Bauzá para abortar que Company fuese a Madrid a ser escuchado. «Siente la capital como si fuese su finca particular». Este «empate a cero con olor a incienso le ha llenado de satisfacción».

Así está el patio mientras se acortan los días de campaña, con el equipo Bauzá telefoneando por toda Mallorca y demás islas. Derraman saliva contra un supuesto monstruo separatista. En realidad, ellos solitos le hacen la campaña a Company. Se tiran la olla hirviendo sobre su propia cabeza.

Entre la izquierda hay disgusto y preocupación. Prefieren (¡No hay color, menudo chollo!) a Bauzá como candidato del PP en las próximas autonómicas. El rojerío llevaría cirios a La Sang para que el farmacéutico ganase las primarias. Pero los proges ya se ven venir que un milagro de tal calibre es imposible que acontezca, ni aquí ni en el puente aéreo de Lourdes a Fátima.