Cort acepta adelantar el cierre de las terrazas en temporada media y baja, pero no tanto como pide la Federació d’Associacions de Veïns. | Teresa Ayuga

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«Una estocada a las terrazas». Este es el impacto que tendrá la nueva ordenanza de terrazas, si se aprueba el borrador que ha redactado el gobierno tripartito de Cort, según los restauradores. El presidente de la Asociación de Restauración de Mallorca, Alfonso Robledo, asegura que el futuro marco normativo será muy negativo, tanto por la desaparición de terrazas como de puestos de trabajo. «Con los terrazas se ha conseguido una ciudad viva y alegre y si se aplica el borrador de Cort será una estocada».

Como publicó Ultima Hora el pasado 26 de agosto, ampliar de dos a tres metros la distancia existente entre las sillas y mesas con el mobiliario urbano, pasos de cebra, fachadas de monumentos y entradas de edificios públicos supondrá la eliminación de unas 500 terrazas. En Palma hay 1.782 terrazas, por lo que si se cumplen las previsiones de los restauradores desaparecerían un 30 %. Además, añaden que otras se verían obligadas a reducir su tamaño. Aunque no han podido cuantificar el número, esto supondría la destrucción de numerosos puestos de trabajo. «Hay locales en los que el 100 % del empleo lo generan las terrazas», destaca Robledo.

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Los restauradores también rechazan la reducción del horario en invierno. El borrador elaborado por Govern Interior establece que entre el 1 de noviembre y el 30 de abril las terrazas estén abiertas de 8:00 a 23:00 horas los días laborales y de 8:00 a 00:00 horas los viernes, sábados y vísperas de festivos. La ordenanza en vigor no distingue entre temporadas y el horario de cierre de todo el año es de 8:00 a 00:00 horas los días laborales y de 8:00 a 00:30 horas los viernes, sábados y vísperas de festivos.

Robledo también lamenta que no se haga distinción entre las zonas turísticas y el resto de la ciudad. En su opinión, no se debe ser tan estricto en los barrios como en las zonas turísticas. En este sentido, pone como ejemplo las exigencias en el mobiliario y la eliminación de los cerramientos. Los restauradores están muy preocupados y han solicitado una reunión con el alcalde.