Imagen de la sede de la facultad de Filosofía y Letras. | miquel a. cañellas

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La Fiscalía también reclama dos años de cárcel para un catedrático de Filosofía de la UIB y para un doctor por delitos de acoso en el trabajo y amenazas a otra profesora. El juez que instruye el caso ha dictado ya auto de apertura de juicio oral en el procedimiento y fijado una fianza para los dos encausados. Además, la Universitat tendrá que comparecer en el juicio como responsable civil subsidiario del delito.

El ministerio público solicita la misma pena que ya reclamaba la acusación particular. Sin embargo, además de un delito contra la integridad moral en el ámbito laboral incorpora otro de amenazas. La situación arrancó en torno al año 2014 y se agravó dos años después. La víctima acudió a denunciar después de haber recibido durante meses de forma insistente llamadas anónimas a su teléfono.

Al mismo tiempo que se producía ese acoso telefónico, a varios de sus compañeros de departamento comenzaron a llegarles correos electrónicos anónimos. En ellos se acusaba a la víctima de distintas irregularidades y se entraba a descalificar cuestiones personales de la aludida. La situación de tensión que se generó llevó a que la víctima estuviera varios meses de baja.

La Fiscalía solicitó la declaración de un testigo antes de decidir si formalizaba la acusación o no. Esa prueba resultó convincente al confirmar ese testigo el contenido de una grabación en la que se aludía a quitar una asignatura a la víctima. La disputa por quien daba esas clases fue el detonante de la situación de acoso.

La Universitat tendrá ahora que personarse en el procedimiento al ser responsable de supervisar la situación laboral de sus docentes e intervenir para prevenir cuadros de acoso. En este caso ni siquiera se llegó a abrir una investigación interna a raíz de las denuncias de la profesora.

Durante la instrucción, los dos investigados negaron ser los autores de las llamadas de acoso y haber sido ellos quienes enviaban los correos injuriosos. En los próximos días ambos tendrán que recoger el auto de apertura de juicio oral y tendrán que defenderse en un juzgado Penal.