Shandra Molins.

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Shandra Molins (Madrid, 1991) es una de las portavoces de la Comunidad Negra Africana Afrodescendiente de Mallorca, el colectivo que el pasado domingo concentró a más de mil personas en Palma contra el racismo y en memoria de George Floyd, asesinado por un policía en Mineapolis. Molins fue una de las personas que se dirigieron al público para denunciar la discriminación de los negros. Reside en la Isla, ahora está en paro y estudia coaching.

¿Cómo valora la manifestación del domingo?

—Un éxito. Nos reunimos personas de todas las edades, etnias, género y cultura en una Isla tan bonita como Mallorca, que ya no es blanca sino multicultural. Hay que asumirlo.

¿Habrá más movilizaciones?

—Obviamente, esto acaba de empezar. Lo dije en mi intervención del domingo. Ahora nos sentimos totalmente excluidos del sistema, invisibles. Tengo 29 anos, he nacido en España y aún vivo discriminación. Soy un ser humano. Todos merecemos el mismo respeto.

¿Qué medidas deberían adoptar las instituciones?

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—Las instituciones y los partidos deben contar con nuestra participación. Deben reunirse con nosotros y escucharnos de una vez por todas, no pueden seguir mirando hacia otro lado. No vamos a permitir que se sigan haciendo políticas públicas sin nosotros. Formamos parte de este país, guste o no, y no pararemos hasta erradicar el racismo estructural de nuestras sociedades. Verdad, justicia y reparación es lo que pedimos.

¿Ha sido víctima en alguna ocasión de racismo en Mallorca?

— Sí, claro, se sufre directa o indirectamente. Todas las personas racializadas hemos sufrido discriminación alguna vez. Yo he sufrido microracismo incluso para llegar a preguntarme si dormimos en los árboles, si vamos desnudos por la calle, si hablamos africano... cuando África es un continente, y no es un país... y un sin fin de preguntas absurdas e ignorantes. También fui agredida por un policía nacional a los 15 años al salir de una discoteca en Gomila, al intentar mediar en una reyerta. Estaba herida y lloraba, requería atención médica. El policía me miró y me dijo entre sonrisitas que me fuera a casa. Si hubiera sido blanca no me hubiera agredido, porque sabe las consecuencias de pegar a una menor.

¿De dónde surge el racismo?

—Empieza en las aulas, con los microracismos, en casa o por la mala información. El Gobierno debe revisar los libros de texto y otros materiales educativos para asegurarse de que reflejan con precisión los hechos históricos y las atrocidades del pasado, en particular la esclavitud y el colonialismo. Así se pueden cambiar pensamientos y puntos de vista.

¿Estamos ante un punto de inflexión con la muerte de George Floyd?

—Esta muerte ha sido grabada, pero ¿cuántas no lo son? ¿Habrá que grabar cómo nos matan o nos apalean para demostrar que el racismo aún existe en nuestra sociedad?