Juan con su hija Marta, que cada año le organizaba una bonita fiesta de blanco en San Juan.

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El brote del nuevo coronavirus acabó con la eterna sonrisa de Juan Casals el pasado 24 de marzo a los 82 años. Jordi Carreño explica que su tío estaba ingresado en el hospital del Mar de Barcelona, donde había sido operado de cáncer, y allí, supuestamente, se contagió de COVID-19.

Juan fue hospitalizado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y a la semana falleció. Su sobrino cuenta con dolor que la familia no recibió sus cenizas hasta que no habían pasado 10 días, ya que todo sucedió al inicio de la crisis sanitaria y la situación era mucho más complicada.

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A Juan le encantaba venir de vacaciones Mallorca y la visitó muchas veces. «Le encantaba estar en la Isla, sobre todo en cualquier zona en la que hubiese buen comer y fiesta», recuerda con tristeza. Además, destaca que era el nexo de unión de la familia Casals-Crispín . «Era el imán de la familia, todo giraba en torno a él», asegura.

Desgraciadamente, este verano la hija de Juan no podrá organizar la fiesta de blanco que hacía cada año el 24 de junio con motivo de la festividad de San Juan, cuando su padre celebraba su santo.

La familia de Juan se reunía para celebrar su santo
La familia de Juan se reunía para celebrar su santo.

En la memoria de Jordi también quedará para siempre el tiempo que vivió con su tío en Barcelona, compartiendo vivienda en el mismo edificio. «Era la persona más alegre y positiva que he conocido en mi vida», asegura con añoranza su sobrino. «Observador e inteligentemente irónico era un hombre ejemplar» concluye.