María pide por encargo un vestido de novia a finales de 2019, pero llega la pandemia y le impide seguir con el proceso. María y su futuro marido se ven obligados a anular la ceremonia por la COVID-19. La pareja reclama a la marca el importe que adelantó (un tercio de la prenda) porque no se podrán casar. La firma desoye la petición y parece que no recuperará el dinero. María es un nombre ficticio, pero representa a muchas parejas que en 2020 tuvieron que luchar para conseguir el importe de sus vestidos que no llegaron ni a confeccionarse. Ahora el Juzgado de Primera Instancia número 18 de Palma ha dado la razón a la mujer y condena a Pronovias a devolver el importe concreto que reclama de un producto que nunca se llegó a probar.
Obligan a devolver el coste de un vestido a una novia que anuló la boda por COVID
La demandante no pudo casarse en 2020 en Mallorca y reclama a la firma 928 euros que adelantó por la prenda
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9 comentarios
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Se suspendió la boda por la pandemia que no podíais montar un súper festín o por qué el confinamiento demostró que no estabais hechos el uno para el otro? Porque en junio del 2020 si se podían realizar celebraciones, con menos gente y si no es con ese vestido que no pudieras venir a probarlo, puede ser con un vestido normal, lo que se celebra es el amor entre dos personas, no el postureo para quedar perfecta en las fotos que irás subiendo a instagram
ForavilencPer que varen suspendre sa boda?
Yo me casé el 20 de Junio del 2020 y no renunciamos a nada. Ni iglesia, convite, vestido...Tuvimos incertidumbres al no saber en que nivel de alerta o restricciones estariamos para nuestra fecha pero teníamos claro que nos íbamos a casar de una manera u otra. Con más o menos gente. Simplemente, nos adaptamos a las restricciones.
¿Es necesaria la estupidez de "tirar" 2.810€ en un vestido que la tal María jamás volverá a usar, en lugar de gastarlo en cosas mucho más necesarias para unos recien casados?
en serio , nadie va hablar que el vestido cuesta 2810 € , que barbaridad... :(
Zu VekaufenEl contrato quedó modificado por el artº 36 del RDL 11/2020, y por eso la Jueza, con buen criterio, anula la penalización del mismo. Son las reglas del juego, nos gusten o no.
Lo que no entiendo es que en Junio de 2020 se podían celebrar bodas con restricciones. Así que anular la boda es por capricho. ¿Que culpa tiene la empresa?
No existe un contrato? El que firma un contrato que no vaya en contra de la ley debe cumplirlo.