La presentación del libro, en Can Alcover. | Jaume Morey

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«Fue el gran momento de la reivindicación de los Països Catalans como una comunidad y cultura de todos», explicó este viernes a este diario Mariona Lladonosa, politóloga y autora de Una nova cultura per al poble. El Congrés de Cultura Catalana i la modernització de la catalanitat (1975-1977). La iniciativa, impulsada por el Colegio de Abogados de Barcelona, se convirtió en toda una explosión popular a favor del catalán y la reflexión sobre cómo pensar la economía y el territorio.

La movilización se extendió por Catalunya, València, Andorra, el Rosselló y también a Baleares, especialmente en Mallorca, donde se movilizaron más de 32.000 personas y se hicieron más de un centenar de actos durante los tres años que duró. «Cada isla mantuvo relaciones directas con el congreso», comentó la autora, que presentó el libro en Can Alcover junto a la miembro de la Fundació Congrés de Cultura Catalana, Teresa Fèrriz; el historiador Sebastià Serra; y la vocal de la Obra Cultural Balear, Pilar Arnau. El legado de aquel impulso llega hasta la actualidad, puesto que la Associació d’Escriptors en Llengua Catalana y la Unió de Pagesos de Mallorca se gestaron al calor de ese movimiento.

«El hecho de que la dictadura estuviera en su etapa final, generó un factor de unidad», afirmó Lladonosa, y añadió que la represión lingüística por parte del régimen unificó el uso social del catalán en todos los territorios, en los que había entidades antifranquistas. El Congrés aglutinó muchas sensibilidades políticas, como la autodeterminación, pero el movimiento no se posicionó oficialmente al respecto. La politóloga también reivindicó la «capacidad de defender un proyecto nacional claramente de carácter social», puesto que el congreso tuvo una vinculación con la clase, la inmigración y el territorio.