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La Federació Balear de Caça denunció este viernes que «el Consell permite descastes de liebres en Mallorca a la vez que alega problemas de densidad para prohibir su caza con escopeta; está exterminando ejemplares en lugar de llevar a cabo un trabajo de redistribución de la especie en Mallorca». El presidente de la federación de los cazadores, Pedro Bestard, se muestra muy crítico por estas actuaciones y señala que «no tiene ningún sentido lo que está haciendo el departamento de Caza del Consell, puesto que si hay problemas de densidad de esta especie y esto conlleva perjuicios para la agricultura, lo que hay que hacer es redistribuirla en zonas menos pobladas de Mallorca atendiendo a los censos de los que dispone».

El director insular de Cooperació Local i Caça, Jaume Tomàs, explica que «hemos autorizado un único descaste por razones justificadas, en un vedado de caza de Sencelles que lleva muchos años en desuso y en el que las liebres se habían multiplicado hasta alcanzar una densidad de 50 liebres en 30 hectáreas, causando cuantiosos daños a las zonas agrícolas». Tomàs recalca que antes de dar estos permisos puntuales «los agentes de campo hacen un recuento sobre el terreno; en este caso, la densidad era un 10 por ciento superior a la media actual y se autorizó un descaste del 50 por ciento, ya que la normativa contempla estas excepciones por causas justificadas. Al Consell nos interesa que las liebres se recuperen y se puedan volver a cazar cuanto antes», añade el director insular.

El Consell de Caça refrendó las restricciones. El 12 de mayo se reunió en Algaida el Consell de Caça, un órgano en el que todas las partes acordaron prolongar el veto a la caza de liebres con escopeta impuesto el año pasado por el retroceso de la especie en Mallorca desde el 2019.

Respecto a la captura de las liebres en estas fincas sobrepobladas para su redistribución en otras donde la especie casi ha desaparecido a causa de la enfermedad de la mixomatosis, Tomàs señala que los expertos estudiaron otras fórmulas «pero fue inviable, por un lado, porque la finca es una gran extensión llana que no tiene rincones adecuados par extender las senderes (trampa en forma de redes que se sitúan en zonas de paso de los animales); y por otra, porque las liebres no se pueden capturar vivas, ya que se estresan y mueren antes de poder liberarlas de nuevo». El conflicto se produce apenas dos semanas después de la celebración del Consell de Caça en Algaida, un organismo en el que están representadas todas las partes implicada en la cinegética. Entonces se acordó prolongar el veto a cazar liebres con escopeta ante el preocupante retroceso de la especie en Mallorca.