La economía balear tiene una gran dependencia del turismo.

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La economía de Baleares creció un 13,9 % el primer trimestre de este año con relación al mismo periodo de 2021 y se sitúa a un 9,1 % por debajo de los niveles de actividad prepandémico, según el informe de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) hecho público este jueves. Así, el crecimiento de enero a marzo fue superior al registrado el trimestre anterior, que fue del 13,5% y que consigue situar el 'agujero' prepandemia por debajo de los 10 puntos porcentuales.

Con este comportamiento, Baleares avanza hacia la normalización de los niveles de actividad y empleo anteriores a la irrupción del virus, tal y como también han puesto de manifiesto el crecimiento de la economía española (6,4% vs 5,5%, cuarto trimestre 2021) y los países de la zona del euro (5,4% vs 4,7%, cuarto trimestre de 2021). «La relajación progresiva de restricciones y la apertura al turismo internacional están detrás de que la actividad económica de las Islas se esté normalizando», ha asegurado la presidenta de la CAEB, Carmen Planas.

El proceso de normalización se extiende a los sectores no agrarios de la economía balear. Particularmente, los servicios han intensificado su ritmo hasta el 15,5 % durante el primer trimestre (vs 15,1%, cuarto trimestre de 2021) al impulsar nuevamente su actividad con el retorno del turismo internacional –que se ha multiplicado por 4,5 respecto al año pasado– y la vuelta progresiva a los hábitos laborales y sociales de la población local. También la industria ha dado muestras de resiliencia manteniendo su avance en el 6,1 % frente a las primeras tensiones derivadas del conflicto bélico en Ucrania, mientras que la construcción ha impulsado su crecimiento hasta el 4,6% (vs 3,7%, 4º trimestre de 2021) a partir de una cartera de proyectos más amplia, variada y con obras de envergadura.

En sintonía con la normalización de la actividad, el empleo ha crecido un 8,8 % el primer trimestre del año, un incremento que, unido al del trimestre anterior (9,2 %), ha permitido superar, por segunda vez consecutiva, los registros prepandemia (+2,2%). Así, la incidencia del desempleo se ha rebajado al 10,3 % de la población activa, un porcentaje que recorta significativamente la tasa vigente un año atrás (16, 7%) y que se mantiene por debajo de la media española (13,7 %). El balance laboral ha apoyado la trayectoria ascendente del consumo privado del 13,3 % (vs 13,1 %, cuarto trimestre), en un contexto en el que la inflación ha encarecido rápida e intensamente diversos productos de la cesta de compra, como la vivienda (24 %), el transporte (13 %) o los alimentos frescos (5,8 %) y elaborados (6 %). El IPC cerró el primer trimestre con un incremento interanual del 7,7 %, y se ha mantenido al alza con incrementos récords durante abril (7,8 %), mayo (8,2 %) y junio (10,2 %).

El devenir de los precios energéticos, así como de diversas materias primas, es una de las principales fuentes de incertidumbre que se han unido a la toma de decisiones empresariales en materia de inversión. Según este informe, Baleares afronta el verano con buenas perspectivas de actividad, pues todo apunta que, al menos, en términos de volumen, se retornará a la operativa prepandemia. Los registros turísticos de abril, que incluye la Semana Santa, han contribuido a renovar las expectativas con 1,3 millones de visitantes que, al fin, supera ligeramente la campaña de 2019. «Si no surge ningún obstáculo adicional los próximos meses, la economía de Baleares podría completar el proceso de normalización al cierre de este ejercicio», ha a apuntado la CAEB.

Además, la patronal ha destacado que «la entrada en escena de nuevas fuentes de tensión global y elevadas dosis de incertidumbre, relacionadas con la duración desconocida del conflicto bélico en Ucrania, dejan en abierto cualquier previsión sobre el próximo balance anual». Así pues, matiza la CAEB, «la progresiva normalización de la economía balear asume el reto de digerir las tensiones del entorno, pues éstas podrían dilatar un proceso que ha costado sobremanera poner en marcha. El punto positivo para el Archipiélago reside en que el impacto directo de los actuales desajustes es inferior respecto de otras economías europeas más vinculadas a cadenas de valor industriales».