Paolo Tonarini y Serena Sirini en la cafetería y fábrica de Lloseta. | M. À. Cañellas

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Paolo Tonarini pasó toda su niñez en un pequeño obrador de la Toscana. Allí descubrió los trucos que hoy en día aplica en sus recetas de barritas proteicas elaboradas con producto mallorquín. Megarawbar nació de la necesidad de actuar. Este italiano, afincado en Lloseta, buscó una alternativa de merienda saludable para su hijo que competía en carreras ciclistas. «Veía como los chicos del equipo se merendaban bollería o alimentos procesados, entonces, llegó un día que hablé con mi hijo y le dije: 'sí quieres competir olvídate de comer todo esto'. Fue ahí cuando aprovechando la maquinaria que teníamos en una pequeña pastelería que regentaba mi mujer empecé a crear una receta poco a poco. Mi hijo empezó a llevarlas de merienda y el resto de padres empezaron a preguntarme, desde ese momento empecé a darle vueltas a la idea», explica Tonarini.

De aquella fábrica improvisada, que ocupaba una pequeña parte de la pastelería de su mujer, ya solo queda su recuerdo. Tonarini, junto con Serena Sirini, han fundado la marca de alimentación deportiva Megarawbar, y desde entonces sirven barritas y geles en más de 300 puntos de la Isla, entre los que se encuentran las tiendas Decathlon, y también en el bar cafetería de Lloseta en el que se encuentra su punto de producción. «La maquinaria para poner el proyecto en marcha nos llegó a finales de enero de 2019, tan solo unas semanas después se cerró todo por la pandemia. Habíamos hecho una inversión brutal y no podíamos salir ni dar a conocer el producto, fue una situación muy complicada», cuenta sobre los inicios.

Ingredientes locales y ecológicos. La pareja realiza todo el proceso de producción de manera artesanal: medir las cantidades, triturar los ingredientes, hacer la mezcla para la pasta, dar forma a la barrita, envasar y etiquetar.

En esta fábrica no existen grandes cadenas de producción, ni los productos llegan en grandes camiones. Cada semana reciben por parte de los payeses locales los ingredientes para elaborar las barritas: almendra cruda, naranjas, limones, avena, semilla de cáñamo, dátiles, sirope de agave y orejones. «Son ingredientes ecológicos, sin gluten, ni lactosa ni azúcares refinados que, además, son fáciles de digerir y aportan todos los nutrientes a los deportistas».

Es por la tarde, al bajar la barrera de la cafetería, en la parte de atrás del local, cuando llega el momento de ponerse manos a la obra. En esta pequeña fabrica la pareja realiza todo el proceso: medir las cantidades, triturar los ingredientes, hacer la mezcla para la pasta y darle forma a la barrita, y por último, envasarla al vacío y ponerle la etiqueta.

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Las barritas llevan en la etiqueta la silueta de Mallorca.

«Además de ser producto local, lo que nos diferencia del resto es que hemos pensando en una receta que de verdad pueda aportarle lo necesario a los deportistas y después hemos calculado el precio. Las grandes empresas lo hacen al revés, ponen un precio bajo y luego buscan ingredientes baratos», explica Tornarini. De ahí la importancia de leer bien las etiquetas nutricionales de los alimentos, ya sean para deportistas o no. «Nuestra misión es hacer que la gente coma bien haciendo deporte. Nuestros productos están elaborados con todos los ingredientes que se pueden encontrar en la Isla, ¿si tenemos una almendra buenísima por qué tenemos que utilizar las que se cultivan fuera?».

Por este motivo todos los productos de Megarawbar están realizados con ingredientes altos en magnesio, potasio y calcio. «Los alimentos altamente nutritivos son lo que nuestro cuerpo reconoce como naturales, por ejemplo una almendra cruda con piel es mejor que una frita. Las barritas no tienen ningún producto químico y aportan más energía que un plátano».