Turismo de excesos en Playa de Palma. | R.L.

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El problema del consumo exacerbado de alcohol en Playa de Palma no solo no se ha solucionado con el decreto contra el turismo de excesos, sino que ha ampliado los frentes de batalla. Al tiempo que la actividad turística resucitaba, el modelo de oferta que se pretende erradicar se ha estado multiplicando y adoptando nuevas formas: barmans ambulantes que preparan cubatas en la playa o un servicio de coctelería en el transfer del aeropuerto al hotel.

Se trata de un tipo de prácticas que desde la Asociación Hotelera de Playa de Palma (AHPP) aseguran haber detectado por primera vez esta temporada; la primera, precisamente, de aplicación real y efectiva del decreto antiexcesos, ya que los anteriores dos veranos estuvieron marcados por la pandemia. «La gente llega del aeropuerto al hotel con el cubata en la mano, les preguntamos si se han parado a comprarlo y nos dicen que el propio vehículo contratado para llegar al hotel se lo ha proporcionado», explica el vicepresidente de la AHPP, José Antonio Fernández de Alarcón.

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La asociación ha denunciado ante la Administración a varias empresas de transporte por este motivo, aunque por el momento esas denuncias están siguiendo el mismo camino que el resto: hacia el olvido. Otra nueva forma tomada por esa picaresca es la de vendedores ambulantes que se dedican a oferta cubatas a los turistas en la playa y a plena luz del día. Operan en la zona señalada por los hoteleros como más conflictiva, entre los balnearios 5 y 7.

Mientras, subrayan el vicepresidente y la gerente de la asociación, Patricia Lliteres, los hoteles sí han estado actuando contra los incívicos: un total de 180 clientes conflictivos han sido expulsados de los establecimientos por mal comportamiento.