Los sindicatos van a pedir para el primer año de la prórroga un aumento salarial del 10 %. La patronal quiere fijar un aumento más asumible. | Archivo

TW
11

Los sindicatos UGT y CCOO aceptan una prórroga del convenio de hostelería en 2023, siempre y cuando la patronal asuma un importante incremento salarial para mejorar el poder adquisitivo de los 160.000 trabajadores que quedan afectados por este convenio. Los secretarios generales de la Federación de Servicios de ambos sindicatos, José Ruiz Relucio y Silvia Montejano, respectivamente, reconocen que hay presiones para acelerar la negociación del convenio. La Federación de Servicios de UGT afirma que el incremento salarial para 2023 «se tiene que acercar al máximo al 10 %, aunque la negociación con la patronal definirá al final el porcentaje», señala Ruiz Relucio.

La patronal no quiere hablar de aumentos salariales, pero reconoce implícitamente que los trabajadores han perdido poder adquisitivo con la evolución de la inflación desde principios de año.
Montejano apunta que la prórroga del convenio dependerá de muchos aspectos: «Estamos a favor, pero se contemplan dos escenarios: prórroga o sancionar el convenio e iniciar la mesa de negociación. El objetivo que nos hemos marcado es adecuar los salarios al nivel de vida, lo cual se tendrá que establecer con las subidas salariales correspondientes. La cláusula de la revisión salarial será vital para poder llegar a un acuerdo».

Patronal y sindicatos optarán, en principio por la prórroga, aunque la duración de la misma se tendrá que perfilar en las dos próximas semanas. «La prórroga será como máximo de dos años, pero para ello habrá que hablar de las condiciones laborales, ya que este verano las cargas de trabajo han superado todas las previsiones», señalan ambos sindicalistas. La patronal pide, por su lado, que no «se distorsionen los tiempos de negociación ni que haya interferencias». Este último aspecto va relacionado con las presiones del Govern.

El apunte

Un convenio que afecta a 160.000 trabajadores

El convenio de hostelería afecta en Baleares a 160.000 trabajadores, cifra que nunca se había alcanzado hasta la fecha. Ello es debido a que las empresas hoteleras, de restauración y de oferta complementaria han tenido que reconvertir trabajadores eventuales en fijos discontinuos.