La película ‘El secreto de la pedriza’ (1925) refleja con fidelidad la dureza de la actividad del contrabando. | Redacción Local

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El próximo 14 de marzo se cumplirán cien años de un suceso que conmocionó a toda Mallorca y en especial a los municipios de Sóller y Fornalutx. Se trata de la misteriosa desaparición de Joan Ginestra Bisbal, Marquès de malnom. En Marquès nació en 1880 y vivía en Fornalutx. Era conocida su práctica del contrabando y fue esta actividad la que causó, aunque fuera indirectamente, su desaparición el 14 de marzo de 1923.

El investigador Tomàs Mut, aunque bombero de profesión, es el autor de Al·lots, avui hi ha festa, libro dedicado al contrabando en Mallorca y publicado en 2017, y del artículo Secret den Marquès: un nom de lloc tràgic, publicado en unas Jornades d’Estudis Locals de Sóller y en el que aborda el mencionado suceso, que tuvo una amplia repercusión en los medios de comunicación de la época en la Isla, sobre todo en el semanario Sóller.

Tuent

Mut explica que «el 13 de marzo de 1923, Joan Ginestra dijo que salía a cazar, aunque seguramente era una excusa para llegar a sa Calobra y realizar alguna actividad relacionada con el contrabando. En Tuent había un destacamento de carabineros con los siguientes efectivos: Eusebio Sánchez, Bernardo Serrano, Juan Gómez y Joaquín Mestres. Al ver a en Marquès cerca de la Torre den Palou, los carabineros le apresaron, sospechando que merodeaba por esa zona por alguna cuestión vinculada al contrabando. En Marquès pasó la noche detenido y no se sabe lo que pudo ocurrir en esas horas.

Al día siguiente, y de ello hubo testigos, los carabineros y en Marquès se dirigieron en un bote a remo desde sa Calobra al Morro de sa Vaca, supuestamente para que el detenido confesara y descubriera allí la existencia de algún secret, como se llamaba a los agujeros o cavidades donde se guardaba el material de contrabando: tabaco, café, azúcar, harina, arroz… El bote regresó a sa Calobra con tres carabineros y unos fardos de tabaco, lo que significa que Eusebio Sánchez y en Marquès se quedaron solos en el secret. Los tres carabineros volvieron al Morro de sa Vaca y se llevaron con ellos a un hombre, al que le pusieron una chaqueta y un gorro de ese cuerpo armado, para que les ayudara a la hora de remar, dadas las malas condiciones del mar. Al llegar a la cueva que albergaba el secret, allí solo estaba Eusebio Sánchez. En Marquès no estaba, había desaparecido».

La noticia del descubrimiento del secret se difundió con rapidez en Sóller y Fornalutx, pero, al mismo tiempo, familiares y amigos de en Marquès, lógicamente, le echaron en falta. Fueron al cuartel de carabineros de Sóller y el capitán del destacamento les dijo que no sabía nada del asunto, pero que lo investigaría. Pasaron meses sin noticias de en Marquès y se creó una ola de presión popular y de los medios de comunicación para que se esclareciera su desaparición.

A partir de estas presiones, en el octubre siguiente se inició un juicio en el que se acusaba a los carabineros de la desaparición de en Marquès. El carabinero Sánchez relató que en Marquès se escapó, no por el mar (era marzo), sino escalando por el acantilado. Tomàs Mut señala que «se dice que Joan Ginestra tenía una gran corpulencia física, pero soy bombero de rescates de montaña, he estado en esa cueva y puedo asegurar que es imposible que pudiera escaparse escalando un acantilado tan vertical».

Prostíbulo

Los carabineros fueron finalmente absueltos. Se dice que, con posterioridad, en un prostíbulo de Palma, Sánchez se jactó de haber asesinado a en Marquès. Desde entonces, la cueva se llama Cova den Marquès, y el auténtico secret es una cavidad secundaria situada en la parte superior, de dificilísimo acceso.

Mut apunta una cuestión que ya reflejó Jeroni Fullana en su libro Crímenes y criminales en la isla de la calma (2006): «Un mes antes del juicio, el capitán general de Catalunya, Miguel Primo de Rivera, había dado un golpe de Estado, dando inicio a su dictadura. Esta nueva situación política pudo anular la presión de los medios de comunicación y de algunos representantes públicos, y favorecer a los carabineros». En el momento de su desaparición, Joan Ginestra Bisbal, Marquès, estaba casado con Catalina Arbona y tenía dos hijos: Joan y Antoni. Sin saber la fecha exacta de su nacimiento, el primero tenía 9 ó 10 años cuando desapareció su padre y el segundo hijo, 3 ó 4. Una glosa recuerda el suceso:

L’any vint-i-tres
A Tuent doble denou:
Morí don Miquel Palou
I va desaparèixer en Marquès.

Tomàs Mut destaca que «los hechos causaron una gran indignación popular, pero no sólo porque en Marquès había desaparecido y todo apuntaba a que uno de los carabineros era el culpable, sino porque el contrabando era una actividad socialmente aceptada, bien vista. El contrabando permitía acceder a productos de primera necesidad, y su práctica aportaba ingresos en una época de auténtica subsistencia».

El contrabando era tan importante en esa época que fue la actividad sobre la que Joan March construyó su imperio financiero.

A pesar del resultado del juicio, la verdad es que se hicieron averiguaciones in situ y, como consecuencia de ello, hay algunos restos de cemento y una argolla que fueron puestos en la cueva para facilitar el acceso y la movilidad de los investigadores. El secret de la Cova den Marquès se encuentra a unos 20 metros sobre el mar. Según Mut, «es una impresionante cavidad secundaria y elevada que presenta tres agujeros naturales, de tal manera que parece una habitación con ventanas y vistas privilegiadas sobre el mar. Realmente, es un lugar ideal para esconder material de contrabando».