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Baleares se consolida como una de las rutas marítimas desde Argelina más peligrosa y más larga, y desde 2021 hay, al menos, 12 embarcaciones patera todavía desaparecidas. Las administraciones territoriales no han tenido constancia de ello hasta ahora, que tratarán de esclarecer los hechos para identificar los barcos y, si fuera el caso, víctimas. Esta solo es una de las muchas denuncias que ha trasladado estos días la defensora de los derechos humanos, periodista, escritora y doctora 'honoris causa' por la UIB, Helena Maleno, a la Delegada del Gobierno en Baleares, Aina Calvo, y a la presidenta del Govern, Francina Armengol, y que ha publicado en su recién investigación Un muro de indiferencia. La ruta argelina de la Mediterránea Occidental. Es un informe que analiza la evolución de este trayecto marítimo a distintas partes de España en los últimos cinco años y que ha presentado esta mañana en el edificio de Sa Riera.

Una de las conclusiones que extrae es que cada vez hay más mujeres desaparecidas en alguna de las rutas argelinas, por lo que «la feminización ya es palpable». Maleno ha argumentado que la mayoría son familias monoparentales femeninas, con un perfil de huida o de expulsión por vulneración de sus derechos. «Cuando hemos hablado con las organizaciones que han asistido a mujeres, estaban sorprendidas de su situación, algunas sufrían torturas y llegaban con cicatrices o golpes», ha compartido durante la presentación del informe.

La investigación desmiente que los migrantes partan de una organización grande o a través de mafias. «Hemos podido confirmar que parten de una autoorganización, muchas veces del propio barrio». Así, Maleno ha explicado que se reúnen personas de una misma familia, amigos o vecinos para crear grupos locales, y que no tienen conocimiento previo para navegar.

«La ruta argelina es la segunda más mortífera de las rutas a España y la más invisibilizada, de las que menos atención tienen por parte de la Administración y de la sociedad. Por eso, con este informe, queríamos contar lo que estaba sucediendo», ha matizado la periodista y escritora. Así, el análisis parte en una investigación cuantitativa de los últimos cinco años y otra parte cualitativa donde se ha trabajado, durante un año, sobre el terreno en territorios como Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana y Baleares.

La ruta a Baleares, el más largo y mortífero

Como ha explicado la autora, se han detectado dos tendencias en la ruta Argelina- Baleares. La primera es que ha aumentado el número de víctimas en los últimos dos años que coincide con la consolidación de esta ruta, a pesar que es la más mortífera y larga, con más de 300 km de una costa a otra. Hasta ese momento, muchas familias y jóvenes se decantaban por otros trayectos más cortos.

La segunda tendencia es la presencia, cada vez mayor, de familias monoparentales femeninas, y un gran número de nacionalidades diversas. Aunque los argelinos predominan en estas rutas, también destacan en los últimos dos años personas procedentes de Siria, Yemen, Palestina, Marruecos, Guinea o Burkina Faso, entre otros países africanos.

El estudio de investigación cuenta además con testigos víctimas de las rutas en patera o familiares de víctimas. Así, han colaborado hasta 28 familias de víctimas de rutas migratorias, 13 personas que hicieron el trayecto marítimo, cuatro líderes comunitarios y 23 representantes de organizaciones sociales.

Las desapariciones siguen siendo la principal preocupación que denuncian las familias pero también las propias entidades u organizaciones, como lo hace a diario la propia Helena Maleno. «En esta investigación hemos hablado con muchas familias argelinas y hemos constatado que perder a un familiar es una realidad y que hay más desapariciones de las que imaginamos».

La problemática que han detectado, y se muestra en este informe, es la dificultad para identificar un cuerpo. Esto ha traído una serie de actores que han estado estafando y extorsionando a muchas familiares víctimas de un desaparecido ante la falta de información oficial sobre las muertes en ruta marítima. «Son perfiles muy variados, desde organizaciones sociales hasta abogados, pero que tienen en común el lucrarse de la desaparición de un ser querido en el momento en que una familia denuncia un caso» y no consiguen nada por parte de los cuerpos de seguridad.